Dos cosas extrañas. D. Ismael Lorenzo quería grabarme. En Miami es inhumano citarse al sol, es absurdo entrevistar al aire libre. Y hacer que mi primo Carlos camine cuatro cuadras hasta la playa es demencia surrealista. No matamos al entrevistador por no dejar huérfanos a sus seis gatos. Ayer dormí, nueve horas por la noche y cinco en la siesta. Insólito desde hace cuarenta años. De locos.
miércoles, 24 de julio de 2013
El atronador silencio de Miami
Dos cosas extrañas. D. Ismael Lorenzo quería grabarme. En Miami es inhumano citarse al sol, es absurdo entrevistar al aire libre. Y hacer que mi primo Carlos camine cuatro cuadras hasta la playa es demencia surrealista. No matamos al entrevistador por no dejar huérfanos a sus seis gatos. Ayer dormí, nueve horas por la noche y cinco en la siesta. Insólito desde hace cuarenta años. De locos.
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