Tengo ganas de volver a Cascais para caminar por los acantilados sobre el mar y hablar de libros con mi amigo Manuel Monteiro Grillo. Estoy leyendo su Depois do Tsunami y encuentro un excelente escritor y/o periodista que ha llevado su compromiso más allá de la compasión hasta la solidaridad. Hasta Sri Lanka y sus abandonadas gentes. Envidio su generosidad.