lunes, 22 de febrero de 2016
Las palabras las carga el diablo
Vienen tiempos de censura, es evidente. Se podrá hablar, pero el que emplee las palabras equivocadas, al menos, será un puto paria social. Pasó en Cataluña, en Vascolandia y pasa en Madrid. Conocemos las palabras proscritas, escarnecidas. No hablen de patria, ni de bandera o nación. Tampoco de religión o del ejército salvo el formado por milicianos armados. Por supuesto es repugnante mencionar la propiedad privada. Y libertad, paz y democracia ya pertenecen a los comunistas. Manipulando las palabras, se controla a quienes las usan.
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