domingo, 21 de febrero de 2016
Mi Botero
Hay copistas y falsificadores. Una amiga me regaló el cuadro que describo en mi novela Balas de Carmín. El original está en Bogotá. Llegué al hotel con mi cuadro y la recepcionista se asombró, bromeando respondí que acababa de robarlo. Llegó la policía, comprobaron que el original seguía en el museo y tuvimos que declarar ante notario. Mi amiga resultó copista.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario