Hasta octubre puede admirarse en el CaixaForum de Madrid la exposición “Federico Fellini, el circo de las ilusiones”. El director italiano está considerado universalmente como uno de los protagonistas de la historia del cine mundial. Autor de obras maestras, “La dolce vita” (1961), “Otto e mezzo” (1963), “Satyricon” (1969) y “Amarcord” (1973), de las que se exhiben cuatrocientas piezas, que incluyen dibujos, cómics, carteles, fotografías y fragmentos de películas.
Asimismo, en la Mole Vanvitelliana de Ancona, se ha celebrado otra exposición dedicada a la figura del director, en esta ocasión a través de la obra del historietista italiano Milo Manara. Ambos artistas cruzaron sus destinos profesionales en muchas ocasiones, colaborando en varios proyectos, como “Il viaggio di G. Mastorna, detto Fernet” y “Viaggio a Tulum”. Este último es una escenografía sobre un viaje al México maya, escrita por Fellini en 1985 pero que nunca fue rodada por el maestro.
Poco después, los lapiceros de Manara, guiados por el director, crearon la extraordinaria obra “Viaggio a Tulum, da un soggetto di Federico Fellini, per un film da fare”, publicada en un primer momento en la revista “Corto Maltese” y reeditada en diferentes formatos. Fue así que “Viaggio a Tulum” se convirtió en un obra maestra del arte del cómic, traducida y publicada en todo el mundo; en la actualidad el director Marco Bartoccioni se encarga de convertir en película el guión de Fellini, proyecto en el que colabora Manara.
Al final, ustedes y yo, somos un batiburrillo de cuadros y peliculas vistas, músicas escuchadas, libros leídos, pieles acariciadas y sabores engullidos. En cada uno de nosotros habrá predominado un sentido. O varios, si es usted afortunado. Mi vida ha estado siempre marcada por la imagen. Cuadros y museos, planos y cines, fotos y conflictos.
De estos dos genios y sus mujeres mágicas guardo recuerdos nostálgicos. La ardiente Volpina, la deseable Gradisca, y, como no, la escena de Titta axfisiado por la descomunal exuberancia de la estanquera de Amarcord, de Fellini. Milos Manara me deslumbró por primera vez en El Clic (1983), con la poderosa sensualidad de sus viñetas de dibujo elegante y limpio. Ya ven que fácilmente fui presa del erotismo exacerbado de estos dos grandes creadores. Gracias, Italia.
6 comentarios:
Que pena no poder disfrutar de esta exposición,por lo menos yo.
D.Alfredo la imagen es importantísima en el aprendizaje.En la estimulación de niños de 6 meses a 3 años es fundamental y de 3 a 6 años es paso previo a la lectura. El aprendizaje visual es uno de los mejores métodos para enseñar las habilidades del pensamiento: las técnicas basadas en el aprendizaje visual , métodos gráficos de trabajar con ideas y de presentar la información , enseñan a los niños y por supuesto a los estudiantes a pensar con claridad, a elaborar, organizar y priorizar la nueva información. Los diagramas visuales revelan modelos, interrelaciones e interdependencias y estimulan también el pensamiento creativo y el pensamiento crítico.
Perdone el rollo, ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras,pero usted escriba,escriba mucho y escriba siempre por favor...
Dª Nazaríes, gracias por darnos su visión profesional del aprendizaje visual desde la más tierna infancia. Su experiencia confirma lo que yo intuitivamente había advertido. Unos miramos y vemos más que otros y, en gran parte depende, delo que nos hayan puesto delante.
Desde el kindergarten del Colegio Alemán y luego, de manera autodidacta, he basado mi educación en la imagen. Eso hizo que mis fotografía fueran, de alguna manera, más “cultas” incluso en situaciones de conflicto, y por ello, según manifestaba el fallo, gané el Premio Nacional de Periodismo. Pintura y fotografía han sido mis herramientas de trabajo hasta descubrir la palabra. Ahora escribo y, si a usted le gustan mis novelas, no tema, no le faltarán nunca aunque deba escribirlas sólo para usted.
Un abrazo bien grande, Doñita.
Estoy seguro de que le encantaría, Doñita.
Pero, cómprese el cómic de Manara titulado El Clic, bájese Amarcord en el ordenata y pasará una tarde mejor que si hubiera visto la exposición. Créame, querida amiga.
Recuerdo haber visto "La dolce vita" después de que en nuestro país se abolió la censura y estábamos ahítos de la época del destape. Las películas de porno blando podían visionarse en los cines de "arte y ensayo", por lo que ya estaba curtidito en el mundo del erotismo explícito. Sin embargo he de reconocer que la escena en que Anita Ekberg se baña en la Fontana de Trevi se grabó en mi subconsciente con más intensidad que cualquiera de las imágenes de aquellas películas de "mete-saca" baratas.
Sobre Manara…confieso haberme tocado con alguna de sus viñetas en mi adolescencia, padre. Pero no me arrepiento en absoluto.
Saludos, Señor Alfredo.
Le felicito por haberse tocado con Manara, hijo mío, pero, ¿cuántas veces?
Porque lo malo no es pecar, sino reincidir en el vicio, joven.
La verdad, es que si ponía la escena de la Fontana.
Abrazos, amigo mío.
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