Gayxample, ¿dónde ligan las lesbianas en Barcelona?

RolloBOLLO por Dª Lowana
Suponía yo que el Gayxample catalán iba a ser una auténtica mina para ligar. Sí, sí que lo suponía. Después del chasco que me llevé en la playa de Cabopino me decidí a pisar el asfalto de uno de los sitios gays por excelencia en España, Barcelona y su Gayxample: allí sí que triunfaría, vaya que triunfaría. Eso me repetía insistentemente en el avión camino de la Ciudad Condal. Como le dije a la peluquera que antes de irme me tiñó las canas -la edad y los sofocones pasan factura-, una ciudad que no entiendo, aunque es para entendidos.

Para ayudarme a entenderla estaba mi amiga Amarga, hetero convencida pero gran anfitriona con una lista interminable de lugares gays para golfear. El problema es que los lugares eran eso, gays, pero lésbicos, había pocos, por no decir ninguno. Me consta que se lo curró: vaya que si se lo curró. Se hartó de visitar foros de internet, páginas para encontrar sitios para lesbianas, pero lo cierto es que según me contó, brillan por su ausencia.

Siguiendo la teoría de que lo gay llama a lo lésbico, decidimos comenzar la noche en un sitio chic, de chicos, pero chic: la terraza del hotel Axel, atención a la ironía, un hotel 'heterofriendly'. Vamos, que es tan gay, tan gay, que tiene que aclarar que los heteros también son bien recibidios. La terraza estaba llena a reventar, pero de chicos. Las únicas chicas éramos Amarga y yo. Unos amigos gays que se incoporaron a la velada nos contaron que, en efecto, por allí no solían aparecer chicas. Es más, aquel era un lugar frecuentado por aquellos inclinados al ¿crossing?: o lo que viene siendo ver a un tío molón, abalanzarse sobre él y follárselo. En el precio de los cócteles a 11 euros debe incluírse el polvete.


Tras el chasco del hotel Axel, estos amigos de mi amiga -joder, esto parece una canción de Mecano- nos dicen que lo mejor es que vayamos al Museum Girl, así que allí nos plantamos. Siguiendo con Mecano, "mucha chica mona, pero ninguna sola... La verdad es que el sitio molaba: música de los 70, 80 y 90 con vídeos. Mi amada Jennifer Beals bailando en Flashdance, un vídeo de Abba totalmente setentero o a Gloria Gaynor con su 'I will survive'. Pero lo de ligar, es otra historia. La cerveza estaba helada, eso sí, lo que resulta reconfortante en una noche de golfeo que acaba sin ser golfa.


Había que quemar el último cartucho: la discoteca Arena. El único sitio de ambiente abierto a partir de las tres de la madrugada en Barcelona, según nos garantizaron. Así que allí nos fuimos Amarga y yo, pensando que ese iba a ser el lugar D-E-F-I-N-I-T-I-V-O... Ambas pasamos de los 35 años, de modo que podríamos ser perfectamente las madres de las niñatas recién salidas del horno, cual bollitos tiernos, que había por allí rulando. La media de edad, ¿los 16 años? Y la cerveza, calentorra cual meado de burra. La gota que colmó el vaso fue un niñato, también de unos 16 años, que se puso a bailar en plan provocativo intentando refregarse con Amarga. "¿Nos tomamos la última en tu casa?" "Sí, será mejor". Bye, bye, noche barcelonesa.


Decidido: la noche no es mi lugar para ligar. Habrá que replantearse lo del gimnasio o, por qué no, buscar algún lugar más místico. Pienso apuntarme a un curso de meditación. Seguro que encuentro por allí a alguna chati de estas hippies deseando conocer mujeres interesantes y divertidas como yo. El único problema es que a mí lo que gusta es comer carne y para mí que este tipo de chavalitas le va más lo vegetariano.