
No me refiero a esa vecina con un
culo que inspira mortales. Ni al chaval del bajo con una
tableta insospechadamente musculada. Digo
animales. Los que no hablan y hacen otro tipo de
compañía, vamos. El mío,
Bruno, bichón maltés, es de acogida. Sus dueños viajan y me lo dejan para que se lo devuelva más suave que un
guante. ¿Les gustan los
bichos?
2 comentarios:
Es precioso Bruno. Aproveche para malcriarlo un poco.
Ya yo tengo suficiente con el pariente.
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