domingo, 10 de junio de 2012
Los 100.000 millones, ¿galgos o podencos?
Antaño traían a casa un hueso para el puchero atado con una cuerda. Por unas monedas te dejaban meterlo en la olla para dar sabor al guiso. Acabado el tiempo comprado el dueño del hueso tiraba del cordel y se llevaba el avío. Si cortabas la cuerda y no devolvías el hueso había navajazos. Y el siguiente hueso lo traía uno con la navaja más grande.
Etiquetas:
crisis económica,
España
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1 comentario:
Era un digno oficio el de "sustanciero".
Ahora se llama Cáritas.
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