sábado, 26 de marzo de 2016
De jeta contra el planeta
En la Casa de Tarzán es costumbre subir al cerro del castillo para ver la puesta de sol tomando un gintonic entre las viejas piedras. A cien metros los buitres revoloteaban sobre Dios sabe qué. Entre la altura y el trago me entraron muchas ganitas de volar. Véanme despegando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario