domingo, 24 de abril de 2016
Y al tercer día resucitó...
Anoche hizo frío, ésta mañana calor, y de la mano del sol llegó el garbí cuando ya desesperaba de tanto mirar las lanillas. Y cuando faltaban tres horas para volver a Madrid, la balandra, el viento y yo rompimos a navegar con feroz alegría. Dos horitas de orgasmo. Por poco pierdo el tren...
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