Por fin la douce France fue amable conmigo. Encontré curro en un cojo estudio de fotopub en la Ciudad Luz y dejé de pasar hambre. Literalmente. Aprendí a tope pero lo sudé como un chino en el Canal de Panamá. Trabajaba de asistente, además subía bocadillos y me aburrí de fregar el wáter. Pero con 20 años, ¿quién no se enamoraría en Paris...?
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