Tras decenas de años de indiferencia ante las agresiones separatistas a la bandera, el himno y al idioma nacional, ahora, de prisa y corriendo, quieren controlar las esteladas en un puto partido de fútbol. Será una orgía de banderas intolerantes e hinchas agresivos con piercings hasta en el culo. Los separatistas son nuestros islamistas. En España queda poca gente bien.
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