jueves, 26 de mayo de 2016
Ni el compa del pupitre, ni aquel camarada de la mili, ni ese hijoputa de colega al que usted dió vidilla y nunca se lo agradeció. Si tiene suerte en la vida podrá amarle algún ser humano pero nunca nadie le querrá tanto y le será tan leal como su perro. Tuve canes cuando era jinete. A veces los añoro.
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