Leo habitualmente su columna en el Diario El Tiempo de Bogotá. Soy periodista y escritor, como la secuestrada. Soy español y colombiano como mi doblemente compatriota y, hace poco, me dirigí a las autoridades colombianas para recorrer una zona conflictiva. Me respondieron: “Como colombiano no podemos impedirle la libre circulación en el país. Como español es usted secuestrable.” Ella se fue a reportajear. Yo a navegar. Gran periodista ella. Valiente.
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