Antes las casas tenían su capilla. En ésta habrá un rinconcito donde sentir y recordar a los ausentes. ¿Qué sitio mejor que al abrir y cerrar la puerta...? Tú entras, aquel afuera. Acabo de encontrar este recordatorio del que no me acordaba. Mi hermano Kuki tenía nueve años. Yo, uno.
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