De Alfredo Bryce Echenique aprendí que realidad y fantasía marchan juntas si encuentran el camino convergente. Lo literario. Intento decirles muy literariamente que aposté por una España democrática que hoy, aculada en tablas, se suicida a borbotones. Mientras los españoles, el respetable, piden a gritos el descabello podemita.
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