lunes, 22 de septiembre de 2008
¡Este Otoño, calentón!
La tendencia para el Otoño es la falda tubo. Lo ha dicho Dior. Así que dense por jodidos, caballeros. Se avecina un Otoño tórrido en el que ustedes, enardecidos como bolcheviques ante las zarinas, van a enamorarse otra vez de sus señoras.
¿Se acuerdan de aquellas enigmáticas espías de la Segunda Guerra Mundial? ¿De las de la Guerra Fría? Que por cierto, no sé que tenía de Fría si aquellas mujeres nos tenían calientes y babeantes como perros. Pues, desde entonces, desapareció el glamour.
Hoy, el icono son las chicas enseñando la goma desgastada y renegrida del tanga bajo la cinturilla de descaderado levantacola (palabra colombiana para designar el pantalón que deja ver la raja del culo y lo levanta).
Greta, Marlene, Ava, Rita, iconos que vuelan sobre el tiempo. Sobre aquella época de sexo prohibido y retención desahogada en el piropo brutalmente lascivo. Nada que ver con la Chacón, ni con la Bibi, que parece ser que tanto les ponen, señores, y a mí no me inspiran ni veniales.
Presten atención a sus mujeres. Vestirán de negro, dice Lagerfeld, llevarán adornos de piel al cuello y aquellas faldas de tubo hechas para pecar. Subidas en supertaconazos y marcadas por curvas sugerentes por peligrosas. Pantalones masculinos y trench para proteger sus camisas de la lluvia.
Y dominándolo todo, una mirada ensombrecida por el negro. Negro Humo. Negro de espía.
Pero, tengan cuidado amigos, puede haber sorpresas. El calentón es mal consejero.
Se lo digo yo. Pero eso es otra historia. Quizás se la cuente uno de estos días.
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2 comentarios:
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¡Menuda miscelánea, don Alfredo!
Si deja que escojamos, yo me quedo
con Ava, no lo dude: Las modernas
no tienen esos muslos y esas piernas.
Cierto, mon cher ami, Ava era mucha Ava.
Para moderna, querido Monsieur, la última de abajo, la desnuda con tacones, la del RABO pero, en este caso, ya no es tan divertido...
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