...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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viernes, 10 de octubre de 2008

La dulce niña

La sobrina de mi mujer se llama Celia. Está poderosísima*. Hermosa, llamativa, estudia Ingeniero Agrónomo y habla con una dulce voz de ingenua que, estoy seguro, tiene palote a toda la Facultad. Además, tiene arte para el dibujo y se llegó a casa para pintar la escayola de mi esposa.



Ni que decir tiene que tuvo que abandonar en el portal de esta honrada casa a un novio, segurament anhelante y convencido de saber qué mejor empleo darle a esas dos horas de asueto que dedicó la bella a su querida tía. Pero, los padres mandan y órdenes son órdenes. Novios, ni aparecer.



La preciosa y dulce Celia tiene la belleza terrenal de las mujeres de la familia y, esta futura ingeniera, le añade un aire de candor, sólo aparente estoy seguro, que la hace irresistible. Por Dios Bendito, mientras el novio brama en la puerta, ¡cuánto sufrirá el papá ante tanto zangolotino con acné acosando a su niña!

*Inspirado en una anécdota de Borges, Bioy y Genca, Silvia Angélica, sobrina de Bioy. Si lo desean se la cuento unos de estos días.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que de verdad le va a la niña es pasarse el día entre lienzos y pinceles, para eso siempre tiene tiempo. Que le enseñe un día sus apuntes, decorados hasta en los márgenes.

(estaba hoy preocupada por si se iba la pintura que compró en un todo a un euro)

García Francés dijo...

No se preocupe usted de nada, Señora Madre, todo bien por aquí. Espero que al papá de la criatura no le haya disgustado la entrada.
Cariños para todos...

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