Estoy hasta los pelos de AG y de MM, respetables escritores ambos. Sólo desconfío de su ambición. En ambos casos se dirigen a su parroquia. Lo cual tampoco es malo.
Creo que a nadie se le puede reprochar crecer profesionalmente a la sombra de El País, ni a sus colaboradores, ni a sus periodistas o a los accionistas.
Cada uno pilla donde puede. En El Mundo o en Radio María. Hace unas horas escribí algo sobre eso. Se titulaba: ¡No seas rencoroso! ¡Véngate! Por otra parte, siempre podemos comprar otro periódico o ninguno. Como yo.
¡No seas rencoroso! ¡Véngate!
Para variar, en caso de seguir con el tema, quizás podamos imaginar, ¿qué hubiera sucedido si la frase, escrita por Ussía, hubiera sido así: "La Pasionaria ansiosa de ser violada por unos jóvenes legionarios, armados y sudorosos".
P.S. Cuando AG dice "armados", creo que quiere decir "doblemente armados". Por si quedaban dudas. Aparte, creo que MM acertó y AG la cagó, con perdón.
La soleá (soledad). La columna vertebral del flamenco.
Cante con copla de tres o cuatro versos octosílabos con rima consonante o asonante. Las letras de sus coplas, desde lo intranscendente a lo trágico, hablan de la vida, el amor y la muerte.
Es un cante con enorme entidad, el pilar básicos del cante flamenco. La soleá es la reina del cante jondo, por su relampagueante belleza y por la brevedad de sus letras casi tan cortas como los refranes y un poco más largas que los haikus.
Al cante Camarón de la Isla con Tomatito a la guitarra.
Descúbranse, amigos, esto ya es leyenda.
Y, para acabar, el baile por soleares de Sandra Romero, La Negra.
viernes, 28 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Mi querido García Francés, sé que esto le va a gustar, y no lo digo por los cotilleos sobre la separación y el posible romance de FG, sino por el final del video donde aparece su amigo, que por cierto me gusta mucho.... como canta y por qué no, como es.
Un abrazo cariñoso.
Tardará en verlo, querida Alma Negra, ha salido fuera de Madrid a dar conferencias, nuestro Alfredo.
Un abrazo.
Publicar un comentario