Así, La Sultana de Ronda, se llamó la protagonista femenina de mi novela El Secreto del Emperador. Está inspirada en dos personas reales que conocí hace muchos, demasiados, años. María, de Ronda, de sus labores ramera, y María Rosario Omaggio, actriz, protagonista de La Lozana Andaluza.
Con 16 años, recién abandonada mi casa, conocí en Barcelona una belleza de muchacha. Hermosísima, un mujerón, la llamaban La Sultana. Tenía 21 años, era andaluza y puta de oficio. Nos hicimos amigos y me acogió.
Era la querida de un industrial de Bilbao, de un señor de Madrid y del jefe de policía de Barcelona y fue mi maestra en el arte de amar. Delicioso aprendizaje. Con María también aprendí que había bragas que no eran de algodón.
Me sentí el rey del mundo, con aquel bellezón colgado de mi brazo, matando de envidia a los hombres mientras murmuraban las mujeres.
Cinco o seis veces al mes, cuando los protectores llegaban a pasar la noche en su apartamento, me daba mil pesetas y, zalamera, me mandaba a dormir al Ritz. Por la mañana acudía a buscarme y, antes de abandonar la habitación, se cobijaba tiernamente entre mis brazos. Mi Sultana, Dios se lo pague, me enseñó todo. Incluso a hacer el amor en la bañera.
A María Rosario, la conocí en el festival de cine de San Sebastián. Acudió con su hermana y yo con Javier Duato, un amigo al que he perdido la pista, sobrino de Nacho, el famoso bailarín.
Javier y yo, no salíamos de nuestro asombro, al ver cómo aquel par de hembrones, nos eligieron a nosotros por acompañantes. Dos italianas lindas a morir, apasionadamente gozosas, de beso dulce y carcajada fácil. Dos bellezas y una de ellas, mi Maria Rosario, la hembra que tenía erotizados a los españoles con la tórrida escena de la ducha en un barreño de la película La Lozana Andaluza.
Así, sin saber entonces que acabaría siendo un personaje de novela, de estas dos mujeres, de lo que viví con ellas y de lo que me contaron, nació en mi corazón La Sultana de Ronda.
La Sultana de Ronda en la novela El Secreto del Emperador
Mientras mis jinetes acababan con aquellos alemanes que no habían conseguido poner pies en polvorosa, recogían armas y caballos y apartaban los cuerpos de los muertos a un lado de la calzada para dejar paso franco a los tiros gruesos y al galope de los caballos, la joven y yo, en un aparte, conversábamos.
"Don Luis, mil gracias por vuestra ayuda, que me convierte en eterna deudora, pues, aunque no soy novicia, verdad es que me habéis salvado de un peligro mil veces peor que la muerte. Aunque sois hombre de mundo y ya lo habréis adivinado, os diré, coronel, que de mis labores soy puta; resido en el Trastevere, cerca del Vaticano, amancebada y con casa puesta por uno de esos afeminados clérigos Borja que, para parecer mas romanos, ridículamente han trocado su nombre en Borgia. Me abandonó en su amaricada huida para encastillarse con el Papa en Sant’Angelo.
”Yo os suplico, señoría, continuó la bella descarada, me protejáis hasta pueda escapar de estas grandísimas crueldades que todo lo destrozan y consiga marchar a Nápoles o allí donde sepan apreciar las virtudes de una buena ramera española; pues aquí, en los burdeles, venden los soldados monjas por uno o dos escudos y no ha mucho me dijeron ser más de 1500 las meretrices en Roma, eso, sin contar los 200 jovencitos dedicados al vicio griego que tanto gustan los clérigos. Y así, con tanta devastación y abundancia de coños, no marcha el negocio.
”Ocupado como estabais matando lansquenetes, parece no se ha fijado su merced en la hembra que tiene delante, aunque, por alguna miradita que habéis puesto en mi escote, veo sois buen catador, mi coronel.
”Leticia, la que trae placer, me puso de nombre mi amante el clérigo cuando llegue a Roma, y, pese a ello, no os costaré un maravedí, mi señor, continuó convincente, que los cuartos ya se los saqué al Borgia y bastante pago ha sido salvarme la vida; si me queréis junto a vos, tendréis en mí buena amante y mejor cuido, pues soy hacendosa, limpia y hecha en todo para satisfacer al hombre; soy, además, excelente potra andaluza harta de que me cabalgue un desmañado, y deseosa estoy de que, como adivino es su señoría, al fin me monte un buen jinete; venios conmigo a mis habitaciones, dejadme mostraros lo que tengo y lo que sé y, para vuestro placer y el mío, tendréis en el lecho la barragana más lozana y placentera de Roma.
”Soy alegre y deleitosa, poco aficionada a enzarzarme y regañar, nada discutidora ni porfiona, y si mi hombre me sacia y respeta, fiel y generosa como la más honrada de las desposadas. Lavo y cepillo mi pelo negro diariamente, salgo al balcón las noches de luna, pues es sabido, aunque riáis, que esa luz agranda los pechos; cada mañana me unto entera con pomadas y afeites para hacer mi piel delicada al tacto, brillen mis dientes blancos y acaricie mi aliento, y me hago servir de una morita que mantiene mis manos y mis pies suaves y delicados.
”Sé escuchar y divertir sin ser molesta ni enojosa, entiendo de las cosas que a los hombres gustan y, así, soy avezada en caballos y monturas, versada en distinguir si el acero de una espada es toledano o alemán y tan experta en vino que capo al vinatero si al de mi casa le añade una gota de agua; sé que una casa es un hogar y todo en él, la cocina, el servicio y el ajuar, debe estar primoroso para dar satisfacción al hombre que allí manda, así que, si lo merece, todavía, soy sumisa y obediente con mi amante.
”Y para ratificar lo dicho, no deseo importunaros más, que bien véis mi cara y mi porte y vos sabréis decidir lo que más convenga a ambos; pero no olvidéis, señoría, que si en todo lo anterior soy hábil, en mi oficio de puta soy magnífica. No os privéis de este antojo, excelencia, que habría gran pena por vos.
"Bello nombre es Leticia, y me place tanto como tu descarado discurso, respondí yo riendo, y no menos que el fulgor de la piel de tus pechos que adivino bajo ese vestido; eres muy hermosa y lo sabes, pero es tu desvergüenza y donaire lo que en tí vale más que los doblones de oro; bellas hay en Roma a cientos para compartir la cama, pero estar a tu lado será como si, siempre riendo, disfrutáramos juntos del aire de nuestra España. Me gustas, andaluza, y si tú necesitas guarda, a mí me vendrá bien tu alegría para entre tus brazos olvidar esta guerra miserable; hagamos cornudo al Borgia, y no pases pena por él, que ese frailón se procurará algún joven paje del castillo para calmar los picores.
”Aun sin catarte, Leticia, ya estoy encoñado contigo, le dije mientras, sonriendo, acariciaba su mejilla, y hoy mismo hacemos compañía y serás mi protegida en todo aquello en que yo pueda defenderte; me mudaré contigo, y en tu puerta, mientras sea necesario, habrá velándola dos guardias del Tercio, y cuando no puedan estar españoles, serán borgoñones o valones de mucha confianza los que allí ponga; mis criados se vendrán conmigo, y has de saber que lo mismo guisan una perdiz y lavan camisas que tiran de daga con fiereza cuando llega el momento.
”Protegida lo estarás, no pases pena; y cuando llegue el momento en que vuelva la paz o cuando tú elijas mejorar tu comercio, serás libre de ir a tu albedrío donde gustes, dejando tras de tí, más que un protector, un amigo. Y ahora, bella, no quiero que este sucio arroyo manche tus lindos pies de sangre y barro, sube a la grupa y, si lo deseas tanto como yo, vamos presto a encamarnos.
Para Atila, Rey de los Hunos, que nunca tuvo mejor hembra en su yurta que la Sultana de Ronda.
miércoles, 22 de abril de 2009
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32 comentarios:
Maravilloso texto. Preciosa María Rosario Omaggio. La lozana andaluca, qué imágenes para un adolescente sin vídeo. Qué increíbles son las mujeres, qué inmenso es el sexo y que bella la ausencia de mojigatería. Señor García Frances, le voy a convertir en mi ídolo. ¿Me firma un autógrafo?
D. Benjamin, ¡cuánto me alegra saludarle en esta casa! Sea bienvenido siempre.
Mil gracias por tan agradables palabras que me entibian el pecho de satisfacción y que suenan doblemente gratas viniendo de usted.
Así que, amigo mío, en vez de cortycoles, cambiemos los autógrafos.
Agradecido. Muy agradecido.
Qué vida tan azarosa, madre mía....
He vuelto.......
Sólo era vida, Dª Menda.
Sé que ha vuelto y eso me hace feliz, Doñita.
ReDios!!, ¡Qué bueno!!
¡¡Ya no quedan mujeres como esa!!, y encima el Maestro, no contento con gozársela en directo, decide, en un alarde de generosa gallardía, inmortalizarla por escrito para deleite, y envidia, de Nos!
ReDios!!, que no entró en mi yurta ni Hembra ni Dama tan Sultana como la suya...bueno, quizá mi yegua Brunegunda, a cuyos lomos galopó el Azote tantas noches a deguello ...¡¡por los campos de Marte!!
Gracias, Maestro, por el recital de hoy!!
Joé Dª Sol!, jeje, ya sabe que en España, desde los Austrias, los del Club de Arriba han sido cortos de entendimiento y más duros de mollera. ;-)
¡Carajo, Dª Sol! Huy, perdón.
Por favor, querida, recomiéndeme de nuevo, no sé como he podido, estoy desolado... ¡Disculpen, por favor!
Yurta, tiene usted razón, Doña, ¡qué ordinariez!
Me está resultando Vd. Don Alfredo un poco pillín... ¿Seguro que no nos hemos visto antes en algún sitio? Su cara me suena.
Un abrazo, amigo.
Me alegra que lo haya disfrutado, D. Atila.
No deje volar su imaginación, guerrero, ¿dónde dice que presuntamente yo hiciera esas cosas que usted dice que hice?
Seguro que muchas romanas aún se acuerdan de usted... Un abrazo grande, Rey de los Hunos.
No era pillería, D. Terly, es que siempre he sido muy sociable.
Respecto a mi cara, además de ser un careto corriente, no imagino de que puede sonarle. No sé que decirle.
Un abrazo, amigo.
A mí ahora no me dejan serlo, ni mi médico ni mi señora, pero de jovencito también yo era muy sociable, ¿quizá nos cruzamos en algún acto de alta sociedad?
Ya lo predecía Vd., lo de su "bien" está "en pico de zamuro", como dicen en Venezuela.
Espero no perder el mío, con lo que tengo en cartera.
(zamuro=zopilote=buitre)
De gracias nada, me ha encantado su narración, sin excesos de melancolía, la dosis justa de quien todavía es un vitalista, de quien puede disfrutar de la nostalgia sin ahogarse en ella, sin formalismos ni cursilerías, ni cinismos. Elementos básicos, buena mujer, buena amistad… y poco más, porque poco más hay. Eso sí, no sé qué es una yurta. Un abrazo.
Definitivamente, D. Alfredo, tiene usted mucho arte.
Cuanto envidio a La Sultana y a La Lozana, que le pillaron bien juvenil!
Gracias por traernos ese fragmento tan bello del Secreto del Emperador, una de sus mejores novelas.
Mucho os encarezco, Alfredo amigo, el saber mundano y el buen uso que hacéis del en vuestra obra.
Otrosí he de alabaros el buen lenguaje, pues en él lo escabroso es adorno, y no menoscabo de la palabra ni del entendimiento. Destas dos virtudes y otras más, mucho me admiro, y pena será que persona de tan grande mérito deje en el mundo fama perdurable, mientras su alma inmortal se pierde para siempre entre las vueltas y revueltas del Averno.
Golfo, más que golfo.
Bellísima narración, Don Alfredo.
Como dice Don Atila, gracias maestro por el recital de hoy.
Un abrazo.
Dª Sol, no sabe como lamento todas las molestias que le estoy causando por mi mala cabeza.
Le ruego que se compaezca de este pobre autor y le ruegue a Dª Maritina que reconsidere darme otra oportunidad. Sería generoso por su parte olvidar este lamentable incidente y convidarme a dar en directo una conferencia en el Club de Damas Bridgeras.
Yo buscaría un tema de alocución que no fuera polémico en absoluto, por ejemplo, "tradiciones y usos sexuales de la gente bien".
Respecto a la Charito, por favor, dígale que lamento muchísimo su soponcio, que seré una tumba y que el resto de las fotos están en mi caja de seguridad en Suiza.
Sobre todo, las fotos de sus habilidades usando los pies para hacer aquellas cositas tan ricas que hacía a los chicos.
Por favor, Doña, apiadese de mí, no vaya a ser que el marido industrial de la Chari, envíe un par de mafiosos marselleses para apalizarme. Con todo mi respeto, amiga.
ReDios con la Yurta!!, Bendito San Google!!, a ver:
Yurta: vivienda tradicional de los pueblos nómadas de Asia central. Transportable y de forma redonda, está hecha de un armazón de madera, recubierto de fieltro de lana.
A pesar de su aparente simplicidad, la yurta es una estructura de concepción muy ingeniosa, teniendo cada elemento una importancia fundamental e interactuando con las otras partes en la cohesión del conjunto. En el interior, el techo redondo representa el cielo, la apertura en medio como el sol, el ojo del cielo de donde viene la luz. El centro es el lugar más sagrado donde se encuentra el fuego, símbolo de la vida.
Efectivamente, coincido con usted, ni la esposa, ni el médico, ni el ABOGADO, son partidarios, D. Terly.
Y es una pena, porque la gente sociable se frustra cuando la impiden relacionarse con los demás seres humanos.
Tenemos que intentar recordar donde fue ese encuentro, amigo, pero, deberíamos mantenerlo en privado, porque la crême es muy exótica en sus habilidades sociales.
Un abrazo, amigo.
Estoy jodido, D. Bwana. Espero que usted se salve.
A mí me van a desterrar de los salones.
Un abrazo, amigo.
Gracias por su juicio crítico que me honra, D. Bebjamingrullo.
Añada además, un lector con la sensibilidad suficiente para apreciarlo todo lo que usted expone.
Aprecio especialmente dos cosas, la primera es que ha visto enseguida que soy un gozador de la melancolía. La segunda, que me conceda esa ausencia de cinismo que nunca quise destilar. De nuevo, gracias.
Abrazos con afecto, amigo.
La vida nómada de los mongoles obligó a que tuvieran una vivienda para sus constantes desplazamientos. Esta tienda de campaña estaba protegida por una gruesa cubierta, era fácil de transportar y óptima para soportar los intensos cambios climáticos de Mongolia. LA YURTA-GOOGLE.
Sr. García Francés, unos días de tarea me tienen atosigado y cuando vuelvo, qué si no,me encuentro que me podría perder dos piezas estupendas, la anterior entrada y esta. Especialmente esta está redonda con y con su fina linea. Nunca me he referido a su obra de la que ya tengo alguna pieza y de la que en mi librería preferida sabrán de esta que menciona y que, aunque no me sorprende, me parece deliciosa. Un abrazo admirado por todo lo aprendido y lo que nos enseña
Dª Laati, siempre me ha manifestado usted su preferencia por esa novela, la segunda de las mías.
Se lo agradezco, y me felicito por lograr que una señora tan estupenda como usted haya sido lectora fiel de todas las demás publicadas después. Es un lujo para mí, Doña. Gracias.
Respecto a las damas que cita, no olvide poner el "presuntamente", no vaya a ser que le caiga un marrón. Y mi prestigio juvenil quede desmentido.
Saludos muy cordiales, amiga, y espero que pronto pueda tener en sus manos la quinta novela.
Viva Alemania.
Siempre supe que serían muy de vuestro gusto estos relatos míos y su lenguaje, Monsieur.
Infinito os agradezco vuestras palabras preñadas de afecto, no así los deseos que manifestáis de dejarme arder eternamente en el infierno.
Y, os aclaro, Monsieur, que si no deseáis encontraros conmigo al alba tras la catedral, empuñando vuestra espada, retiréis lo de golfo. Ya he explicado arriba hasta la saciedad, que sólo SOY SOCIABLE.
Toda mi admiración para usted, amigo querido.
Celebro mucho que lo haya gozado, D. Rogelio.
Si les apetece puedo seguir trayendo párrafos comentados de mis novelas históricas.
Un abrazo grande, amigo.
D. Atila, ambos hemos buscado lo mismo y en el mismo sitio. Gracias por su interés.
Gracias, D. Iojanan, por sus palabras sobre las dos últimas entradas. Me alegra saber que le han gustado.
Gracias por su afición a mis libros, espero que esta novela le guste también. Dicen que es la más divertida de la trilogía de libros históricos.
No dude de mi egoísmo, también aprendo mucho de ustedes. Hoy, mi maestra ha sido la Sra. García que me ha dado un baño de realidad.
Abrazos grandes, amigo.
Alemania y el holocausto tienen mucho que ver en mi quinta novela aún sin publicar, D. Supersalvajuan.
Y las alemanitas.
SR GARCIA FRANCÉS:
EL TEXTO ES COJONUDO Y LO QUE SE VE DENTRO TAMBIÉN.
TANTO QUE ENTUSIASMADO QUEDÉ Y ME PLACE QUE EL LIBRO COMPRARÉ SI USTED TIENE A BIEN DECIRME DÓNDE ADQUIRILO PUES.
Amigo, perdone la prisa pero debo hacer gestiones.
Puede comprar el libro ONLINE aqui, las dos direcciones son fiables y muy seguras:
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Una critica en:
http://www.criticadelibros.org/8495282909
Abrazos, hasta luego, amigo.
Como mujer y trabajadora con ellas, he decirle que desde la admiración con la que habla de la Sultana, ni que decir tengo que esa señora eligió muy bien a quien enseñar todo en el amor. Tanto respeto en sus palabras hacen un placer para esta mujer leerlas.
Un abrazo desde mi admiración.
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