...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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lunes, 20 de abril de 2009

Un siciliano auténtico

Es mi tocayo y somos amigos. Pero el apego no importa, créanme; sólo cuenta el respeto.

Se trata de Alfredo, un cocinero siciliano, de Caltagirone, en Catania. Me lo descubrieron las hermanas García-Sicilia. Y es otra cosa. Una cocina y un chef tan auténticos como el Etna.

El origen de Catania se remonta al 730 a.C. cuando llegaron los griegos. También pasaron los fenicios, normandos, bizantinos, árabes y españoles, dejando las huellas que conformarían la personalidad catanesa.

El fundamento esencial de la cocina siciliana es la fusión de las culturas que han impregnado de sabores la isla. Se trata de una cocina rica, abierta a las influencias de lo mejor de cada gastronomía. Hoy, exquisitamente mediterránea.

Acudan sin prejuicios y déjense guiar por Alfredo. Lo hará encantado y con todo lujo de detalles. Les descubrirá un mundo impregnado de especias y hierbas aromáticas que va a cautivar sus paladares. Carpacios de carne y pescado, antipasti, pastas secas y frescas, arroces y dulces.

Algunos detalles. Un buen vino: Benanti Rosso Vivezella (Etna). Un agua con gas: Ducale (Milán). Grappa: Le Dia`Otto Lune, destilada por Di Marzadro en Trento. Y dulces: Cassata, Canolos, y un tiramisú espectacular.

Alfredo, como hijo de un pueblo antiguo y sabio, es infatigablemente encantador para una buena y larga sobremesa. Si los caballeros quieren ganarse su respeto, sean extremadamente solícitos con las señoras. Alfredo, aprecia la cortesía. Léanse un manual de Buenas Maneras. El mejor el de Carreño*.

Arte en los fogones y en la conversación. No se lo pierdan.

Restaurante Da Alfredo
Rios Rosas, 38
Madrid
Tel. 91 441 22 96
Parking 24 horas a 10 metros

*El tí­tulo completo es Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para uso de la juventud de ambos sexos. Principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre. Leerlo hoy, además de instructivo, resulta muy divertido. Por Manuel Antonio Carreño, año 1853.

11 comentarios:

Miss.M.Dutti dijo...

Apreciado Alfredo,
Pierdo los papeles por un buen tiramisú, sin pretensiones, los que han probado el que preparon yo misma repiten una y otra vez, pero el auténtico italiano es un placer total
Te vamos a tener por Barcelona el 23 de Abril firmando tu libro?, si no recuerdo mal, comentaste que el año anterior estuviste por aquí.

Si te pasas por Barcelona, avisa para poder tomarnos aunque sea un café, invito yo

García Francés dijo...

Dª Sol, le prometí que, siguiendo sus deseos y salvo en caso de urgente necesidad, no pondría más fotos de caquitas. Pero, no me he comprometido a nada respecto a las fotos "terribles". Es que si tampoco pongo de esas ya no queda nada interesante....

Gracias por su felicitación, querida, ¿cómo se ha enterado? Efectivamente, ya soy sesentón. Horrible.

Eso sí que eran manuales "comme il faut..." Ay, Dª Pilar, cuanto hizo usted por las buenas maneras. Pero, el de Carreño, le va a encantar. La próxima vez que viaje a Colombia le busco uno y se lo traigo porque es de tronche.

El Da Alfredo le va a gustar, avíseme y les acompaño.

Un abrazo muy grande, Doña.

García Francés dijo...

Dª Candy, cuanro siento no poder conocerla en su ciudad. Pero, este año, no voy a firmar allí. Qué penita no poder aceptarle ese café...

El tiramisú de Da Alfredo es muy, muy especial; ya lo verá. Espero que venga usted a Madrid con su esposo y le digo lo que a Dª Sol. Será un placer acompañarla.

Y, si cuando viene, se trae un tuper con un trocito de su tiramisú, me encantará probarlo, Doña. Abrazos.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querido amigo D.Alfredo:
Ha tocado Vd. mi vena sensible.
Estoy casado, y más que casado soldado, hace ya 39 años con una siciliana de Licata (Agrigento) al sur de la isla. Su profesión, profesora de latín y griego cuando estas asignaturas eran de suma importancia, pero su afición, su enorme afición para deleite mío, la cocina y amante de todo tipo de platos sicilianos.
Si considera que me siento descendiente directo de los gustos de Lúculo y Apicio, podrá imaginar por un momento cuan grande es mi deleite a la hora del "pranzo"
Tomo nota de la dirección del restaurante de su amigo Alfredo y si aterrizo por Madrid intentaré hacerle una visita acompañado de mi "Antonietta" para que cambien impresiones.
Un fuerte abrazo, amigo.

Jerusalem dijo...

Así que 60 tronchos ¡¡Pero si está usted hecho un chaval!

El tiramisú tambien me pierde....Bueno, es que los dulces me pierden todos.

Interesante restaurante.

besos

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Buenas noches, Don Alfredo y ¡¡Felicidades!!

El artículo es una delicia (y no sólo culinaria). He pasado por Da Alfredo, pero nunca he entrado... ya lo ve usted, casualidades de la vida. Espero poder hacerlo pronto, ahora que su entrada me ha animado.

Tomo nota del "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para uso de la juventud de ambos sexos". A ver si un amigo bibliófilo me ayuda.

Un cordial saludo, amigo.

García Francés dijo...

D. Terly, yo sabía por sus manera de escribir que usted era un hombre feliz pero no imaginaba que lo fuera tanto.

Es envidiable esa soldadura que les mantiene a usted y a su esposa juntos, unidos y gozando de la vida. Les felicito.

Me encantará conocerles y acompañarles a Da Alfredo cuando pasen por Madrid usted y su esposa siciliana (griego y latin, qué lástima, qué derroche haberlos perdido). Por eso, hoy no se sabe hablar ni escribir coherentemente.

¡Qué maravilla tener una esposa que guste de las ollas! Espero que, además, le vigile la ingesta y no aumente usted de peso porque, yo, en su lugar, lo haría

Por favor, salude a Dª Antonietta de mi parte y dígale de mi admiración por saber hacer feliz a un hombre bueno como usted.

Un fuerte muy estrecho, amigo.

García Francés dijo...

Dª Jerusalem, le agradezco los halagos, pero no está el horno para bollos. Así que, por favor, no remueva el cuchillo en la herida. Se lo suplico si no desea hacerme sufrir más. &0 tacos, buá, buá...

Tacones, ingenio, tiramisú, humor, ¿qué más virtudes oculta que yo desconozco aún...?

Cuando venga a Madrid, le presento al chef.

Un abrazo, cara amiga.

García Francés dijo...

Gracias, gracias, D. Rogelio, siempre recibo gustoso sus palabras llenas de afecto.

Cuando quiera, una de estas noches, nos damos una inmersión siciliana en Da Alfredo.

Respecto al Carreño, dígame si lo encuentra porque hay otro visitante de este blog también interesado (ahora no recuerdo el nombre, tengo que mirarlo) y, si le apetece, podría intentar traer algún ejemplar cuando viaje a Colombia.

Gracias por su afecto, amigo mío.

hatoros dijo...

QUERIDO AMIGO Y MAESTRO:ES USTED ADEMÁS UN BUEN COMENSAL. A VER SI DIOS QUIERE UN DÍA, SI ME CAMBIAN LAS COSAS, LE INVITAMOS MI SEÑORA Y YO A ESAS DELICIAS BOCATTO DI CARDINALE QUE USTED DICE.
UN ABRAZO.

García Francés dijo...

Muy mal se nos tiene que dar para no poder comernos aunque sea una tortilla de papas, amigo. Un abrazo muy cordial, D. Hatoros.

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