Os copio una entrada que me envía Nuria Van de Berghe, La Rifeña, buena amiga mía, abogado, columnista y española de rompe y rasga.
“Aquí faltan dos…”
Puede haber pasado un mes desde que, una calurosa mañana de agosto llegué al Cuartel de la Guardia Civil de Alhaurín de la Torre de Málaga acompañando a “el Pelos”. El chaval iba acojonado porque le habían citado por una riña con un vecino, el tipo le denunció por amenazas. Ya saben que, actualmente, los hombres son muy poco hombres y no saben meterse en faena sin, posteriormente, emprender la correndija a poner “la denunssia”. Y encima, las Autoridades le dan la razón a los afeminados mamarrachos y en lugar de espamplonearles señalan un juicio rápido.
Era el caso. Y así aterrizamos en ese “Cuartelillo” de toda la vida, con su fachada encalada, asomado a una plaza recoleta y testigo de la vida y de los azares del pueblo. A la entrada , justo a la izquierda, una Pilarica adornada con flores y, a la derecha, una especie de orla con las fotos de todos los Guardias asesinados por el terrorismo. El cuadro repleto y unas cuantas fotos más abajo, nos paramos a examinar ese testimonio doloroso, el picoleto de la puerta nos observaba en silencio.
Le comenté a “el Pelos”: “Pelos, ¿tu sabes que dicen que, en las cárceles, los asesinos etarras tienen gloria bendita y hasta ordenadores?” El muchacho movió las rastas greñudas con incredulidad, y yo seguí mi reflexión: “Y de toda la vida el Gobierno Vasco ha estado regalando dinero a los familiares de los hijoputas y subvencionando a criminales. ¡Y no hay cojones en España para echarles encima a los de Delitos Económicos de Madrid y ponerse a echar las cuentas!” El de las greñas suspiró “¡Han muerto “pa ná”!”.
En los ojos de los tres guardias, el de la puerta y otros dos, que esperaban a que el chico entrara a declarar había tristeza. Caí de repente en un detalle: “Oigan, aquí faltan dos guardias, los dos asesinados este verano en Palma de Mallorca porque el coche no tenía inhibidor”. Un picoleto suspiró: “Es que no nos han mandado las fotos”. Quise animarle “No sufra, dicen que, en el Palacio de Miravent, para afrontar la crisis van a colocar bombillas de bajo consumo, lo mismo sobra algo para la seguridad de los guardias”. Nos miramos. Todos. Hasta el de las rastas intercambió una mirada con los picoletos. Silencio.
Entramos a comenzar la declaración, pero yo tenía un nudo malo en la boca del estómago: “Oiga agente, le voy a dejar mi movil y, si hace el favor, cuando envíen la foto de los dos muchachos asesinados me pega un toque, este Pelos, sus colegas y yo vamos a venir a traerles unas flores”. El Pelos asintió “¡Ea!”. Porque allí faltaban dos...
domingo, 27 de septiembre de 2009
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15 comentarios:
Ni dinero para unas fotos......
Ná de ná... Dª Mendita.
Dinero pa lo que les da la gana...pena de gente...un abrazo...
Don García:
Quería preguntarle de qué obra y de qué autor es la cita literaria de la cabecera de esta página.
Buenos días, don Alfredo! Bueno, la última foto es bastante ilustradora: habría que ponerse en frente de los familiares con las fotos de los guardias civiles asesinados y un cartel que una flecha que pusiera "el cielo..."
OSTIAS ... ¡¡ALFREDO!!
Ya he enviado las fotos, D. Alijodos.
Dª Montse, me avergüenza usted porque he cometido la presunción de autocitarme.
El autor soy yo y la cita aparece en mi primera novela "El Hidalgo Segundón". Un abrazo, Doña.
D. Fidelio, estoy avergonzado, ha sido un error mío. Disculpen.
Coño, ¿D. A...?
!No se me averguence, Don García!
La autocita es, en este caso, absolutamente pertinente.
Enhorabuena.
Quise decir "avergüence"
Hoy es un día en que la palabra "vergüenza" se me resiste.
Gracias, Dª Montse, me alegra que le guste. Saludos.
Como el Gobierno, empeñado en otras cuestiones más IMPORTANTES, no tiene dinero para fotos, acabo de remitir a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Alhaurín de la Torre, en Málaga, las fotos de los dos agentes asesinados en Calviá.
Así se completará la orla con las fotos de los guardias civiles víctimas del terrorismo que hay en aquella dependencia de la GC.
De nada, Sr. Zapatero y Sr. Ministro de Interior.
Don García:
Andaba anoche y esta mañana intentando promocionar su iniciativa en algunos lugares de la Red. El caso es que lo he hecho en tres o cuatro... y uno de ellos es el blog de un político.
Me creaba dudas, la verdad. Porque los políticos suelen apropiarse de las iniciativas, y a menudo no se sabe en qué lugar las dejarán. Pero en el blog había, como es costumbre allí, expresiones insultantes y desdenes, y me ha parecido que el mensaje, entre tanta cosa sin mucho sentido, llamaría la atención de los lectores.
El caso es que el político "ha subido" mi comentario, y ahora lo pone como entrada en su blog.
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