Mamá es EXTRAORDINARIA, seguro que ahora nos entierra a todos

Pero, ¿hubo alguna vez 11000 vírgenes?
Ya nos han dado de alta. Hemos salido del hospital y mi madre no ha querido ir al campo ni a su apartamentito. Quería reunir unos amigos y me ha pedido las llaves del ático de la Plaza de Oriente para celebrarlo allí con ellos.

Rápidamente ha convocado la rumba nocturna invitando por el Tuenti a mogollón de sus viejas amistades étnicas desperdigadas por la ciudad. Le gusta mezclar a la gente más dispar. Borrachos con sobrios, castos con obsesos y yihaidistas con agentes del Mosad. Espero se imponga la sensatez y no me dejen el ático hecho unos zorros.


Me infiltro en la fiesta disfrazado de camarero del catering para ver el ganao y se me ponen los pelos como escarpias. Ahora lo que le molan son los chinorris. Dice Dª Amalia que China es la potencia emergente y que hay que llevarse bien con ellos. Invita a toda la familia de la tienda de abajo, mamá, papá, las niñas exploradoras y las que están en el Circo del Sol.



Ni corta ni perezosa ha llamado a todos sus amigos y ha montado un photocall en el hall para enviarle las fotos a Jorge Javier Vázquez a Sálvame de Luxe. Dice que eso es glamour y no lo de la Lomana dando saltos por la pista con un boy vestido de mariquita.



Enfin que, si los inmigrantes rusos (rusos blancos no mafiosos, aclara ella), me van a dejar sin existencias de wodka en la bodega y sin cristalería en el salón, mejor será tomarlo con calma. Mi vida no siempre es apacible. Es lo que tiene ser hijo de una madre EXTRAORDINARIA.