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sábado, 24 de julio de 2010

¿Debiéramos cortarle el dedito al diputado del techo de gastos?

Por José María Aguilar


En la sesión del Congreso de los diputados del pasado miércoles se trató del llamado techo de gastos del estado, asunto que pone de manifiesto los abusos económicos de la clase política y la ligereza del Gobierno.

Cuando lo normal, al hacer el presupuesto, sería saber primero a cuanto ascienden los ingresos y después establecer los gastos que pueden hacerse, el Gobierno hace justo lo contrario. Primero determina cuánto hay que gastar y, más tarde, improvisa y calcula cómo podrá obtener el dinero necesario.

Y a tal nivel de gastos han conducido los partidos al estado, en sus tres niveles, central autonómico y municipal, donde opera la misma tríada, burocracia, gasto público y corrupción, que, a pesar del saqueo del bolsillo de los contribuyentes y de un endeudamiento criminal, que desvirtúa la economía y el propio país, han hecho que aquel sea inviable económica y políticamente. Esto es el cáncer de los partidos en el Estado y las metástasis autonómicas, que al alcanzar los municipios, han llenado España de rotondas y concejales.

Por otra parte, un hecho insólito, ocurrido en el transcurso de la sesión, nos ha dejado “atónitos, perpléjicos, afásicos y estupefactos”. Un diputado del PP se atrevió a votar en contra de su partido. Luego supimos que, al parecer, había sido sin querer, porque se le escapó el dedo y apretó al botón que no debía. A semejanza de lo sucedido con el diputado Antonio Gutiérrez cuando se abstuvo en la votación para la reforma laboral, se conjeturan ahora todo tipo de represalias contra él por semejante pifia. E inquirimos, ¿se atreverán a cortarle el dedito al díscolo e insumiso diputado?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Jose Maria:

Lo que debiéramos es cortar este abuso de poder todos los españoles,de norte a sur y de este a oeste.

César dijo...

Me temo que es demasiado castigo, aunque el pecado sea grave. No soy partidario del tajo, por motivos puramente egoistas..¿cómo iba, sin el dedo, nuestro ínclito amigo crear puestos de trabajo? ¿Cómo distraería sus horas en el hemiciclo sin el dedo que llevarse a las fosas nasales?

Rotundamente no, por el bien de la sociedad. No le toquemos tampoco la bolsa, necesitamos dilapidadores que muevan la economía. Por esta vez una simple reprimenda cara a la pared.

Saludos.

Geshcann dijo...

Deberíamos cortar con este gobierno inepto.

José María Aguilar dijo...

Querido amigo César:

Se trata solamente de un dedito, el que se equivocó de botoncito.

Tenga usted encuenta, querido amigo, que la Constitución en su artículo 67, punto 2, prohibe el mandato imperativo de los partidos sobre los representantes.

Si se pusiera de moda esta costumbre de no obedecer, dando rienda suelta a la libertad de pensamiento a la autónoma acción diputeril, el parlamento se convertiría en un lugar muy peligroso.

Convendrá conmigo en que si no se impone un castigo ejemplar a quienes se tomen el voto por su mano, la partitocracia sería un caos.

Todavía les quedarían nueve para hurgarse la nariz (con mayor o menor dificultad).

Medítelo.

Reciba un gran abrazo punidor.

José María Aguilar dijo...

Querido Geshcann (¿de los Gengis Kan de toda la vida?):

¡Ójala se tratara solo de eso!

Tenemos por delante una tarea mucho más difícil. Utilizándolo su expresión : "cortar con este sistema inepto".

Un cordialísimo saludo quirúrgico.

César dijo...

Visto desde ese prisma, no me queda más remedio que concecerle la razón..!qué sería de la democracia si los diputados pudiesen meditar su voto..!

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