...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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martes, 5 de octubre de 2010

¿Horca o Lapidación? Irán se apiada de Sakineh Ashtiani

Sakineh Ashtiani fue acusada de adulterio y complicidad en el asesinato de su marido. La condenaron a morir lapidada por adulterio. Ante las presiones internacionales el gobierno iraní ha encontrado una solución más compasiva mientras el abogado defensor se ha exiliado a Noruega.



El nuevo veredicto dado a conocer por el fiscal general es culpable de asesinato y la pena será muerte en la horca. Mucho más políticamente correcto. ¡Dónde va usted a parar! Esto ya es homologable, sobre todo, teniendo en cuenta que Estados Unidos hace pocos días ejecutó a Teresa Lewis por el mismo delito.

5 comentarios:

aspirante dijo...

La sutil diferencia entre ambos casos radica en la presunción de inocencia que ha tenido la Sra. estadounidense, los diferentes recursos que ha podido interponer su abogado, en que la ley que la juzga es laica y no la sharía, que su abogado no se ha tenido que exiliar, que el tribunal que la juzgó examinó las pruebas del caso y no el himen de la acusada...
pequeños detalles sin importancia.

Anónimo dijo...

¡Que horror! En plena era de la modernidad y del avance de las mujeres que aún el resto del planeta no haga nada para impedir semejante atropello.
Somos una vergüenza, los animales son más racionales.
Un saludo.

José Alfonso Romero P.Seguín dijo...

Curioso código el suyo en el que se castiga primero el adulterio que la conspiración para el asesinato: un asesinato.
De todos modos teniendo ocasión de hacer justicia, la lapidación donde va uno a parar, es más imaginativa, más ejemplarizante, porque ahorcarse entra dentro de la libre voluntad del individuo, véase la utilización que hacen de ella los suicidas, sin embargo lapidarse no está en su mano, para eso hace falta la mano amiga de la justicia.
En fin, no quiero yo seguir profundizando en el asunto porque como Ud. advierte “el que este libre de pecado que arroje la primera piedra”, pocos, acaso nadie, y entonces, entonces qué remedio, la cuerda de la que nadie está libre y por lo tanto todos podemos tirar sin mala conciencia.
Reciba un fraternal abrazo.

Mercedes Pinto dijo...

La hipocresía de nuestro mundo me supera. Veamos, ¿qué asesinato es más grave?, ¿el del condenado a muerte en Estados Unidos?, ¿el de esta mujer de Irán?, ¿o el de los miles de inocentes que mueren con la complicidad de sus madres? En fin, sé que mi opinión no es nada popular, pero es lo que siento.
Saludos, Don.

Empar dijo...

Imagino que al no poder lapidarla por la presión internacional, se han vuelto a sacar de la manga el asesinato, puesto que según el abogado de oficio de Sakineh su cliente había sido absuelta de dicho cargo.
Claro, ellos les daba igual que fuera inocente o no, ya les estaba bien, preferían lapidarla por adulterio, que debe ser cómo ir al circo romano y participar de la fiesta haciendo de leones.
Por no quedarse sin la fiesta, en agosto la hicieron confesar bajo coacción en la televisión, la “justicia” iraní no se quería ir de rositas sin hacer conseguido lo que querían, matarla.
En Irán la justicia no sólo es ciega, es sordomuda y atroz.

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