Jarrea sobre la Sierra de Madrid. La lluvia golpea los cristales como si fuera granizo escupido por un gigante. El cielo está más oscuro que el porvenir económico español. Es domingo y en mi campo no trabaja nadie. Sólo yo. Dª Juana me deja preparada la comida para que la caliente. Todos descansan y bajan al pueblo a misa. A lo lejos, se escucha débilmente el toque de las campanas.
Escampa y me animo a salir. Caballo y perro se alborotan de alegría cuando voy a buscarlos. Ensillo, monto, salgo y me pilla el diluvio universal. Me resguardo bajo una encina, como los toros. Mierda, no se puede ni hacer fotos. Estoy empapado, los arreo un poco hasta los comederos. Vuelvo a casa contento. El campo está precioso.
Caballos y toros sólo se sacan adelante durmiendo poco, sufriendo mucho y con la ilusión de un iluminado. Espero no haber demenciado como mi antepasado, arruinado en su absurdo intento de criar reses bravas con los ojos azules.
domingo, 31 de octubre de 2010
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21 comentarios:
D.Alfredo los animales no entienden del tiempo,se cuidan igual todos los días...usted a a sus toros y caballos..(que por cierto vaya caballo más bonito)..y yo a mis gallinas...
Aquí también llueve,domingo de chimenea,viendo el cielo encapotado,escuchando el silbo del aire,en el horno unos dulces de almendra,una buena lectura y en la mente un poco de melancolía.
Feliz tarde de domingo...y cuidaito abríguese,no sea que tengamos que sufrir otra gripe...
Besos.
El martes presento mi renuncia al puesto de funcionario y le mando mi curriculum por si tiene algún puesto para mi en los establos; la lluvia, el frío y el escaqueo de misa es lo mio!!...¡¡y no tendría que pagarme, le pagaría yo!! ;)
Saludos domingueros!!
Tiene usted razón, Dª Nazaríes, el campo y las bestias son muy esclavos.
Y, mientras el personal descansa, el ojo del amor "engorda" el ganado. Aunque no se trata de engordar sino de mimar.
Puaf, no sabe que aguacero me ha pillado, la ropa de agua, las botas y la silla, empapadas. Panadero II, mi caballo, se ha metido en la cuadra tan feliz como ha salido de ella. Me he duchado con agua hirviendo, he tomado una aspirina después de comer y me he desplomado en la cama. Una pedazo siesta.
El perro todavía llora de gusto porque hoy le he dejado entrar y tumbarse ante la chimenea.
Espero que le salgan ricos esos almendrados, Doñita. Nam, ñam, ñam...
Un abrazo lleno de afecto, amiga mía.
A ver D.Alfredo si usted acepta el curriculum del rey Huno también le mando el mío.
Yo cocino pá chuparse los dedos..oséa nada de sopas..los rabos de toro a usted no le faltarían...
Y yo no me escaqueo pá misa bastante tuve el otro día ya con una..yo me quedaría en mi cocina calentita preparando la masa de unos hojaldres con nata...
Tampoco hace falta que me pague...
(me imagino allí en los establos tipo "Pasión de Gavilanes" con alguno de sus vaqueros.....oyyyyyy!!!!!!!..;)
Otra vez saludos!!!!
Entiendo entonces que usted se postula para cuidar los caballos, Rey de los Hunos, pero, no sé si el trabajo de peón es digno de su majestad.
En todo caso, no se crea que es cómoda la faena. Cuidado de cascos, esquilados, herrajes, forraje, limpieza de boxes de yeguas y sementales, cuidado de los potros por edades, higiene, doma... y no quiero cansarle más, el resto se lo imagina.
Y todo eso junto a unos peones taciturnos muchos más feos que sus compañeras funcionarias.
No sé, guerrero, piénselo. Un abrazo, amigo mío.
Caballos y toros sólo se sacan adelante durmiendo poco, sufriendo mucho y con la ilusión de un iluminado.
¡Joer, a mí me pasa lo mismo con mis hijos!
El martes tengo cita con el médico, ya que no terminan de encontrar lo que me pasa. ¿ A ver si voy a tener que ir al veterinario?
Ja, ja, ja, Dª Nazaríes, ¡qué arte tiene usted! Pasión de gavilanes, ja, ja, ja...
Pues mire, acierta en una cosa, tengo dos peones colombianos pero sus mujeres viven con ellos y no les quitan el ojo de encima. Son jóvenes paisas, antioqueños, de cerquita de Medellín, leales, bien berracos, respetuosos y sabios en domar y criar caballos.
Se va usted a reir pero antes trabajaron en las cuadras de un conocido narco de aquella región. Nada que hacer, Doñita, están muy apegados a sus mujeres y niños.
Ahora bien, si acepta usted el trabajo, no le van a faltar sus vallenatos para bailar pero, sobre todo, música guasca, una especie de rancheras que escuchan todo el día. Le dejo un ejemplo.
Música guasca
Y le envío un gran abrazo, Doñita.
Acierta usted, D. Neo, las bestias también son hijos para el ganadero "criador", es decir el que esta comprometido con la mejora genética de la especie.
Aun así, para usted, le recomiendo más el centro de salud y el médico de familia. Espero que no sea nada importante, amigo mío.
Cuídese y reciba un abrazo bien fuerte.
Tal y como lo cuenta, amigo García, da pero que mucha, mucha envidia. Más aún si tenemos en cuenta que me encuentro de guardia. Y eso que es vocacional.
Una bocanada de aire fresco esta entrada suya.
Gracias y a disfrutar del otoño.
Un saludo lleno de sana envidia.
Que no sea dura esa guardia, D. Javier.
Para endulzar esta noche, envíe usted a un subordinado a comprar unos huesos de santo, amigo.
Un abrazo grande y que pase rápidito.
Aguantar el chaparrón viendo a los toros bajo las encinas me gusta... pero, en una tarde de lluvia, donde realmente se está bien es en un gran centro comercial.
Abrazos urbanitas.
Estoy deseando jubilarma aunque sea anticipadamente. !Qué buena y sana vida se pasan los jubilados!
Que la disfrute!
Salud para cuidarlos.
Dª Gloria, es usted muy joven y ya tan sabia... acierta, lo sabe tan bien como yo, el campo es muy esclavo.
Díga usted que sí, "comprar, comprar y que siempre sea domingo" era el eslogan de una amiga de mi mamá.
La misma que dejó escrito su epitafio: "Aquí Teresa reposa, que en su vida hizo otra cosa". Era una urbanita tan impenitente como usted.
Con todo mi afecto, Doñita.
Pero, D. César, ¡si ahora trabajo más que en toda mi vida! No me envidie, ya ve que en el campo no hay horarios ni festivos.
Un abrazo muy fuerte, amigo mío.
Gracias, D. Aspirante, falta me va a hacer a mi edad. Un gran abrazo, amigo mío.
Y tanto que no hay festivos, Sr. Francés! Mañana mismo salgo para recoger la cosecha de castañas a la montaña. Posteriormente andaré encorvado 15 días, pero mientras viva Jose Benito, la tradición manda!
Y que sea por muchos años, eh?
Amigo Don Alfredo,
Muy a cuento viene ahora esta cita de Horacio (Épodo II, 1-4):
Beatus ille qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium,
paterna rura bobus exercet suis
solutus omni faenore.
Feliz aquel que, lejos de los negocios,
como la antigua raza de los mortales,
cultiva los campos heredados de sus padres con sus propios bueyes,
libre de toda usura.
Ha sido un placer.
Un abrazo, amigo mío.
Antonio
Yo mando curriculum para ese puesto
Un beso
¿Buscan equipo de trabajo?. Me ofrezco, me pido ser su corresponsal en la ciudad. A mi es que el campo, no sé, qué quiere, me resulta sospechosa una calle sin semáforos. Imagino que viejas vestidas de negro me observan ocultas tras las persianas.
Y de animales sí, tengo un gato, que medio habla y me asesora. A cambio le doy mimos y comida.
Un abrazo
Mi niñez y parte de mi juventud la pase en el campo, en aquella epoca me preguntaba, como se podía vivir en una ciudad como Madrid, ya llevo casi 40 años.
Añoro la vida libre, hoy día con muchos mas medios y comodidades, debe de ser un lujo poder vivir en el campo.
saludos
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