MEMENTO MORI susurraba el esclavo al oído del César que desfilaba triunfante por las calles de Roma. Recuerda que eres mortal. Baja el ego, tío.
En general, quién se lanza a escribir en un blog siempre esconde un punto de soberbia. Vanitas, vanitatis. No es malo, salvo en el caso de personajes tan desmesuradamente vanidosos que apetecerían obligar al resto del mundo a suplicarles clemencia. Por estar ahí. Por coincidir. Petulancia bloguera, somos tan pendejos como escribimos.
En los pueblos mineros del Oeste americano se mascaba la codicia por las calles. Nuestros pecados blogueros son la soberbia y la vanidad. Y lo son porque, en los blogs, el ego se dispara como un misil tierra-aire. Por eso, las bitácoras, resultan tan entretenidas como un duelo entre pistoleros.
De pronto alguien pretende hacerse el listo, demostrar que es el más ocurrente del blog y que tiene huevos para divertirse vapuleando al “forastero”. A veces, es el propio "forastero" el que entra coceando como una mula loca en el saloon. Pero, esa estrategia es mala. Tan mala como insultar a un portero de discoteca. Activa las alarmas y sube la adrenalina del que no pensaba reñir sino entretenerse.
Ante la burla, y la amenaza implícita, al agredido se le despierta el instinto ancestral de degollar para defenderse. Inopinadamente, amparada en el anonimato, estalla la atávica “joie du combat” y siempre hay un vaquero alocado que desenfunda y dispara primero.
Por eso, en caso de ser tan necio como para buscar pelea con desconocidos, hay que elegir bien al adversario, porque, algunos habituales de la red son peores que el demente Aguirre, la cólera de Dios disparada a un millón de amperios. Hay mucho sicótico peligroso suelto con carné oficial de loco. Con impunidad total. Y, una vez provocados, son difíciles de calmar. Hace tiempo que no busco pelea con imbéciles. He visto demasiado. O estoy aprendiendo humildad.
sábado, 30 de octubre de 2010
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33 comentarios:
señor alfredo como esta usted? si que estoy atrasada, tengo que leer sus entradas, los viernes es el día que me puedo sentar a leer y comentar, me encanto esta entrada hay mucha razón siempre existe algo de vanidad, pero creo que se da con el tiempo, la verdad cuando comenze el blog, ni sabia de que se trataba ja, solo fue para ver como era, lo deje un año sin escribi nada, hasta que me acorde que tenia un blog y lo retome.
señor le dejo un beso que tenga un excelente fin de semana
pasando aqui nuevamente a leer. me encantan sus entradas...
No merece la pena pelearse con imbéciles, y más con desconocidos, bastante tenemos ya con los imbéciles conocidos que están diariamente a nuestro alrededor como encima tener que gastar energías en aguantar a personas que ni siquiera conocemos su cara.
Para sobrevivir entre este mundo la soberbia es buena,porque si tienes demasiado humildad lo único que te pasa esque te comen por sopas.
Yo cada día creo que hay que tener un punto de soberbia,y la humildad dejarla para quién quieres de verdad, a los que sabes que jamás te defraudarían,los que diariamente te quieren y te apoyan.
Cuando sales de tu casa y te adentras en el lejano oeste,siempre hay que tener la pistola con un buen cargador,y la mano disimulada en el bolsillo por si las moscas.
Nunca hay que atacar,pero si hay que saber defenderse.
Un abrazo y feliz sábado D.Alfredo
Hasta para defenderse y contra atacar hay que saber hacerlo y tener clase como la que tiene usted.
No se ha quien va dirigido el post de hoy, pero estoy seguro que al que corresponda se dará por aludido (y vapuleado)
¡Hale! ¡Chúpate esa!
¡Cordiales saludos Don Alfredo!
Estimado anfitrión, le agradezco pletórico de consuelo, quizá mi vanidad sanada, sus cariñosas palabras y también, como no, sus inmerecidos elogios.
Créame, cuando le digo, que es sencillo poner la fronda en el árbol, hasta ahí mi humilde aportación, lo arduo es poner la raíz y de ella nacer el tronco, eso es lo que Ud. pone, y en ese poner dispone lo esencial y también la esencia, siempre lúcida y siempre valiente.
En su casa aprendo y trato de hablar de lo aprendido en voz baja, como se debe hacer en casa ajena y hasta en nuestra casa, y siempre con el temor de que no se perciba así, de que suene más de lo que uno desea y pueda su estridente resonar ser motivo de enojo para aquél que te abre sus puertas permitiéndote departir con él y con sus amigos.
Intuyo que concibió su casa para el elemental deshago de la idea, esa que es palabra, y también sana rabia, y también rebeldía, cabe en ella la admiración, la adhesión, el debate y la abierta discrepancia, pero siendo Ud. de oficio caballero andante, que menos que tratar de hacerlo con aseo cuando no se nos alcanza la debida elegancia. En ese afán me extravió a menudo en un mar de palabras, qué sabe Ud. perdonar, hasta ahí mi confianza, que más se puede pedir. En fin, que es un honor para mí, visitarle y sentir sobre mí su afecto. Como también participar en medida en su magnífico cuaderno.
Mal día, he elegido, lo sé, para darle las gracias, no porque andemos difuntos, como pretende la fecha, sino por el espíritu de su entrada, que nos interroga sin vanidad sobre la vanidad y los vanidosos duelos a que nos mueven las palabras. Palabras que no son sino el orgullo de la idea, figurantes sólo de esa presumida fragancia que busca perfumarlo todo con la que ella cree su magnífica esencia. No somos en eso malos, es nuestra condición, qué hacer, por tanto, sino llevarlo con humildad y cuidando modular la arrogancia. Pero, no nos engañemos, la falta no nos disculpa y es por eso que sino la sabemos suplir debemos al menos buscar templarla. Por que como Ud. muy bien dice, del orgullo al desaire no hay apenas distancia.
Creo sinceramente que en fondo todos cuantos aquí andamos buscamos más consuelo en la compañía que duelo y pendencia. Y sí algún peligro entrañamos somos aquellos que nos postulamos como arquitectos de palomares de sueños: literatos, plumillas y gente de mal vivir en la prosa y en el verso.
Termino deseándole a Ud. y a todos los demás, la idea del más bello y placido de los descansos para sus ausentes y la realidad más tierna, alegre y amable para sus presentes.
Mil gracias.
Reciba un fraternal abrazo.
Esta vez te has superado en la fina ironia...siempre hay excepciones,pobre de el crea que él es el mejor ,el único, más dura será la caida.
Los que tenemos un ego parco en palabras no sucumbimos a la vanidad de vanidades.
Saludos
El ciberespacio es como la vida, te encuentras de todo, no veo la diferencia. ¿Conoce usted la canción "Todo es vanidad"? Pues eso, que cuanto más la canto, más me convence.
Saludos Don.
Buen texto, y como decía mi abuela: "el que tenga que recoger que recoja".
Saludos, María José.
Plagio!! Plagio!! Este post usted lo ha extraído de la experiencia de mi ultima semana!!! Me ha estado usted vigilando?? Sepa que me han llamado h. P. Y me han echado de un blog; y usted se dirá algo habrás hecho, cantante. Y yo le digo que si, que he osado tener una opinión ligeramente diferente a la que exponía la dueña. Una opinión respetuosa. Pero mire usted, la gente no quiere opiniones diferentes, quiere reforzar su propia opinión. Se siente atacada cuando alguien no piensa de la manera. Creamos los blogs efectivamente por varias razones, pero sobresale el afán de hacernos notar, la presunción. Personalmente, mi intención era reirme un poco inventando absurdos cuentos, pero he de reconocer
que la vanidad se va apoderando de mi y estoy a punto de creerme que este espacio no seria nada sin la contribución de mi blog. Pero la realidad ecipsa la ilusión cuando cuento las personas a las que intereso: con una botella de vino bebemos todos!!
Así que, Sr. Francés mi vanidad esta pagada y finalmente he aceptado que si te relacionas aceptablente con dos personas has conseguido algo importante, que como dice Dna Nazaries una madre es una madre y a ti te econtre en la calle. Sin renunciar nunca a las excelentes relaciones que se puedan establecer con gente tolerante y que no se crea en posesión de la única verdad.
Le juro que mi comentario IVA por otros derroteros pero soy tan presuntuoso que acabe hablando de mi.
Felicitaciones por la claridad de sus entradas.
Dª Géminis, ¡qué placer saludarla!
Trae usted siempre consigo un soplo de brisa oceánica que nos refresca.
No se preocupe, la entrada no está pensada para gente amable como usted. Todos tenemos un puntito de vanidad y eso no es malo. Salvo que uno sea un sicótico.
Hablo de conductas patológicas de gentes que cuando están en desacuerdo con las costumbres de una casa, en lugar de abandonarla dignamente, intentan cambiarlas con insultos y amenazas.
Espero que tenga usted un ratito y nos envíe el relato prometido.
Un abrazo muy fuerte, amiga mía.
Y a mí me encanta recibirla a usted con las puertas abiertas de par en par, Dª María.
Gracias por sus palabras, amiga mía.
Resumiendo, Dª Nazaríes, según su sensata teoría, más vale imbécil conocido que idiota por conocer.
Es cierto que hay que tener un punto de vanidad y otro de soberbia para mandar al corral a los mansos que sólo saben defenderse corneando. Hablo de tauromaquia, Doñita. Habla de su buen corazón el dejar la humildad para los seres más próximos, con aquellos que se empatiza. Y, con el resto, aplicar la legítima defensa.
Usted pudo haber sido una buena abogado criminalista.
Con mi afecto siempre, querida amiga.
D. Carlos, ¡me encanta su presencia y el champán semi!
Gracias por sus palabras. En realidad no tienen destinatario, llevan escritas varios días. Pero, si usted lo desea puedo dedicarlas segín la antigua fórmula administrativa: "A quién pueda interesar..."
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Dª Mercedes, usted a menudo está en desacuerdo conmigo, y a veces me riñe con tanto arte que nunca he sentido sus palabras como una amenaza sino, más bien, como un buen consejo.
Por eso no se siente identificada con las patologías de la RED.
No conocía la canción. Pero la dejo aquí para usted y para el que desee escucharla. La verdad es que es mejor que la tila y el tranquimazín.
Todo es vanidad por Stanislao Marino
Un gran abrazo, querida amiga.
ReCristo, Comandanteee!!
Y yo que le veía alicaído en estas últimas entradas!!!...y resucita dando mandobles a diestro...y sobre todo al siniestro ese!!. Pobre diablo, jugarse la integridad psíquica con el Rey de Espadas!!!
Le revelaré un secretillo: a mi eso de los blogs ni fu ni fa...que me metí en este jaleo porque en el trabajo me encargaron moderar el blog corporativo...¿¿Un blog??...ehhh...¿eso quéeloqueé??, pregunté yo...y me hice uno pa comprenderlo!!.
Y aunque no pase un sólo día en el que no lamente profundamente el grosero espectáculo que ofrezco en el mio...me alegra en la misma medida haber tenido la suerte de colarme en el suyo.
Un abrazo Maestro Comandante!!
Yo creo que ha visto demasiado, y lo mejor es ignorarlos.
Besos, Don.
Qué sorpresa ver aquí el enlace de "Todo es vanidad". No tiene mucha letra, ni falta que le hace. Será por eso que me la he aprendido y la canto cada vez que asoma mi ego.
Saludos de nuevo.
Hay personas que siendo humildes parecen soberbios, tal es su valía.
Otros personajes son soberbios pues su escasa talla les obliga a serlo.
Y de estos últimos tenemos ejemplos a montones.
De los primeros escasean.
Amigo Don Alfredo,
Buena entrada contra la Soberbia y la Vanidad, y muy acertadas las palabras en Latín que nos trae. No quiero yo ahora caer en el pecado de la pedantería, pero no puedo abstenerme de citar también a Tertuliano (Apologético, 33):
Respice post te! Hominem te esse memento!
¡Mira tras de ti! ¡Recuerda que eres un hombre! (y no un dios)!
Que tenga Vd. un buen descanso, tras las tribulaciones de las últimas horas.
Un abrazo afectuoso,
Antonio Martín Ortiz
Amigo Don Alfredo García Francés, y amiga Señora Doña Mercedes Pinto,
Como veo que les gustan las citas en Latín, aquí va la cita entera sobre la Vanitas:
Vanitas vanitatum,
dixit Ecclesiastes,
vanitas vanitatum et omnia vanitas.
Vanidad de vanidades,
dijo El Eclesiastés,
vanidad de vanidades y todo vanidad.
(Nova Vulgata, Vetus Testamentum, Liber Ecclesiastes, 1, 2).
Es todo un placer, Don Alfredo, visitar su casa y colaborar en ella, y, en cuanto a Vd., Señora Doña Mercedes Pinto, quiero decirle que es una satisfacción enorme poder intercambiar ideas con Vd., y, si esto es el inicio de mutuas visitas, pues mucho mejor.
Un abrazo para ambos,
Antonio Martín Ortiz
D. José Alfonso, soy yo el que agradece la calidad y asiduidad con que me regala desde hace tanto tiempo.
Dudo que sea fácil adornar las ramas de una árida crónica política, la mayoría de las veces, pero, en todo caso, usted lo consigue sin despeinarse y, además, siempre aportando serenidad, complejidad de pensamiento y un nuevo punto de vista a comentar. Todo ello discretamente, sin alboroto, y con enorme respeto y humildad, incluso cuando discrepa.
La verdad, querido, sinceramente le digo que el blog nació para hacer ejercicios de dedos, como los pianistas, entre libro y libro y, gracias a usted y a los demás revisteros, ha crecido y se ha proyectado más lejos de lo que esperaba. Tanto en audiencia como en contenido, del que no he sabido desterrar mis aspiraciones étícas, políticas y sociales, mezcladas con divertimentos más frívolos y con pinitos literarios casi a modo de relato corto.
Nunca es mal día para recibir afecto, D.José Alfonso, y para reflexionar un poco y, a eso, me ayudan ustedes los revisteros habituales. Humildad, templar, modular, compañía, palabras que sirven para la tauromaquia y, como valores vitales, para evitar grescas que, de ser necesarias, es mejor buscarlas en las tabernas.
Tengamos mañana un cálido recuerdo para nuestros difuntos, aquellos seres queridos que nos han dejado, y recordemos también a los familiares y amigos de las personas que respetamos.
D. José Alfonso, como siempre, decirle que es muy grata su presencia en este Blog Revista y muy esperada su participación.
Abrazos, querido amigo.
Dª Eurice, no es que sea usted parca en plabras, querida, es que sus breves comentarios son Haikus.
Un abrazo, querida, amiga.
Yo creo que la diferencia entre Internet y la vida "REAL" es la impunidad que deparan el anónimato, entendido como no conocimiento, y la lejanía.
No suele ser habitual, entre personas cuerdas, enzarzarse a gritos por una discrepacia nimía con el vecino. Ahí, todos moderamos nuestra soberbia, nuestra vanidad, en aras de una convivencia civilizada que la bronca convertiría en insoportable.
Con todo mi cariño, Doña.
Gracias, Dª Airama, por su elogio. Pero creo que a no mucho tardar las cañas se vuelvan lanzas y me atice usted un mamporro idiomático. O más de uno.
Vanitas vanitatis, escribo y, nuestro catedro, dice Vanitas, Vanitatum, así que aceptando que es él quién lo escribe correctamente, espero su reprimenda, profesora.
Con todo mi afecto, amiga mía.
Rey de los Hunos, la gripe y algunas malas noticias sobre la salud de amigos y familiares, efectivamente, me han tenido un poco agotado. Lamento haberle aburrido con mi bajonazo, querido.
Ha sido una curiosa manera de llager al mundo bloguer la suya, pero bienvenido sea porue su página se convirtió de inmediato en un referente para denunciar las tropelías islamistas.
Y, dicho sea de paso, usted también ha atizado a diestro y sinistro, aunque siempre con muy buena información y con respeto y mucha paciencia.
No desprecie a su blog, amigo, es un símbolo moral, aunque le agradezco su piropo. Es un lujo y un placer tenerle aqui a menudo, usted sabe que le aprecio enormemente, guerrero.
Besos, Dª Zarzamora, sí he visto demasiado en el País Vasco, en Irlanda, en Líbano, en Rumania, en Yugoslavia, en Kuwait...
Lo mejor de este blog, son ustedes, amiga mía. Un abrazo muy grande.
Dª Mercedes, no lo reprima usted del todo, una miajita de ego, es saludable.
Abrazos, Doña.
D. Aspirante, intentemos estar entre los mejores.
D. José María Aguilar mantiene que es un tercio de la población. Seguro que usted cabe entre ellos.
Un fuerte abrazo,amigo mío.
Cintura, D. Antonio, cintura, usted me lo ha recordado.
Y respecto a mis malos latines, espero que de un momento a otro, caiga sobre mí la furia de Dª María José, la responsable de la sección +IDIOMA, por mis evidentes faltas.
Aceptaré las orejas de burro con humildad franciscana, amigo mío, abrazos.
D. Antonio, ¿ve usted? He metido la pata con la cita latina. Reo soy de reprimeda idiomática.
Don Alfredo,
No es cierto que Vd. haya metido la pata con sus citas en Latín. Lo que Vd. dice es totalmente correcto. Lo que pasa es que se decían muchas cosas: Vd. ha puesto una cita y yo he puesto otra. Eso es todo. Repito: Ratifico y estoy totalmente de acuerdo con el texto entero de su entrada.
Reciba un afectuoso abrazo.
Antonio
Coño, D. Antonio, me tranquiliza, estaba preocupado esperando que me cayera encima Dª María José, la vigilanta de +IDIOMA.
Gracias por aclararlo, amigo mío.
Amigo Don Alfredo,
Me congratulo con Vd. La frase Memento mori puede perfectamente traducirse como Vd. la ha traducido: Recuerda que eres mortal, que era el sentido que le daba el esclavo que la pronunciaba. Podrían, como siempre, darse otras traducciones alternativas:
Acuérdate de morirte,
o
Recuerda que te vas a morir,
pero la primera hubiera sido impensable para que un esclavo se la dirigiese al César y la última sería a todas luces incorrecta, aunque sea la que suele darse generalmente, cosa que Vd. no ha hecho, sino que ha dado la auténtica:
Recuerda que eres mortal.
En efecto, Recuerda que te vas a morir, se diría en Latín Memento moriturum te, frase que no veo por ningún sitio.
Resumiendo: perfecta la frase y perfecta la traducción que ha dado Vd.
Reciba un afectuoso saludo,
Antonio Martín
PS.: A propósito, ¿ha recibido Vd. el correo que le envié con la propuesta de una frase en Latín sobre la Libertad de Expresión?
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