Me indica mi amigo Alfredo García Francés que tengo que presentarme. Cosa difícil. En estas ocasiones suelo echar mano de Valle Inclán y su presentación del marqués de Bradomín: “era feo, católico y sentimental”. Yo, que no soy marqués, les aseguro que cumplo con creces dos de estos adjetivos. No diré cuáles, si me permiten el misterio… En fin, por seguir las instrucciones de D, Alfredo, me llamo José Rogelio Rodríguez, soy cuarentón y, entre otras cosas, me apasiona la música. (Casi) todo tipo de música: pop-rock, funk, reggae, jazz y música clásica, por encima de todas las demás.
Cuando uno se refiere a música clásica, no habla con la precisión debida. Como clásico, debemos referirnos al estilo musical desarrollado entre los siglos XVIII y primera mitad del XIX y que tiene como exponentes a Haydn, Mozart y el primer Beethoven. Yo extiendo el término al romanticismo, lo retraso al barroco, pero procuro no mezclarlo con el renacimiento, edad media y lo vuelvo a extender al fascinante siglo XX. Con ustedes, amigos, espero compartir emociones y también contrastar puntos de vista. A ver qué les parece la primera entrada…
Decía Elías Canetti que la música es la verdadera historia de la humanidad, confiamos en ella porque lo que afirma se refiere a los sentimientos. No puedo estar más acuerdo. Y a ustedes, ¿qué les parece?
10 comentarios:
Bienvenido, D. J. Rogelio. Siempre es relajante, en este moderno mundo de prisas y batallas, la calma y belleza de esta colaboración.
Bienvenido a la Revista, D. Rogelio. Le deseo una excelente acogida por parte de nuestros amigos.
Para mí es un orgullo que usted haya aceptado colaborar en nuestro desasne musical.
Un abrazo, amigo mío.
Muchas gracias, D. César.
Espero que las próximas entradas le gusten.
Un cordial saludo.
Muchas gracias, D. Alfredo.
Espero que disfruten. Es un placer poder estar con ustedes.
Un cordial saludo.
D.Rogelio ..Bienvenido sea usted .
Un abrazo.
Saludos, ROGELIO...
(Vaya fichaje de lujo, don ALFREDO)
Decir que me gusta Bach sería como decir que me gusta respirar.
Bach forma parte de mi vida.
Me gusta la música, pero la suya he de clasificarla aparte, pues con ella experimento sensaciones que no encuentro en otras.
Supongo que tiene que ver con su capacidad para hacer que me concentre, algo parecido a lo que se consigue con las técnicas de meditación.
Bach, particularmente su obra para teclado, es un universo tan vasto, tan infinito, tan pasmoso, que uno parece caminar perdido por un paisaje lunar.
Me gustaría mucho que hallase Vd. momento de hacer un post sobre la obra para clave, con sus preferencias interpretativas. Quizás algo sencillo podrían ser las Variaciones Goldberg.
Nunca pasa mucho tiempo sin que las escuche, bien al clave o al piano, con la concentración de un devoto y el placer de un... no encuentro la metáfora. (Y eso que me las doy de poeta)
Un abrazo y gracias por el post.
Monsieur
Querido Monsieur.
Muchas gracias por sus comentarios. Créame que el lujo es mío por compartir este espacio con ustedes. (Acabo de leer a LOpe de Pega; lo comentaré en unos momentos... cuando pare de reír).
Sobnre sus reflexiones bachianas sólo tengo que decir que las suscribo punto por punto. De arriba a abajo.
Y me causa especial emoción su referencia a la vasta, extensa, infinita obra para teclado (aquí me quedo con la obra para clave, la obra para órgano me resulta casi desconocida). Que cite las Goldberg, es especialmente emocionante. NO le quepa duda, Monsieur, tomo nota y preparo una próxima entrada, sobre esta singular colección de mariviilas-pesadillas contrapuntísticas.
Un abrazo.
Muchas gracias, Dña. Nazaríes.
UN abrazo.
Gracias, Monsieur, el fichaje es cojonudo. Estoy feliz por la acogida.
Aunque en confianza le diré que no son muy de mi agrado éstas mariconadas de músicas, lo mío es más bien la música guasca como usted bien sabe.
Pero, ¿a que las entradas de D. Dogelio dan un tono cultural muy chic?
No se me enfaden y escuchen esta maravilla colombiana que les traigo:
La cuchilla, por las Hermanas Calle
Lo cortés no quita lo pizarro, amigo ALFREDO
"Si no me querés,
te corto la cara
con una cuchilla
de ésas de afeitar.
El día de la boda
te doy puñaladas,
te arranco el ombligo
y mato a tu mamá".
(Jopetas... eso es amor).
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