No me gusta la expresión “Vinos de garaje”, aunque proceda de Francia, de Saint Emilión y más concretamente del tunecino Jean Luc Tunevin. Y no me gusta porque deja la imagen de lo contrario a lo que quiere referirse. Son vinos de garaje, aquellos que se elaboran en habitáculos, consiguen altísimas puntuaciones de los críticos y alcanzan precios desorbitados.
Si nos atenemos a la definición, muy bien pudieran denominarse Vinos de Garaje aquellos que elabora en Verín, en el Valle del Támega, José Luis Mateo en una pequeña y dignísima bodega, que ha prestigiado a la Denominación de Origen Monterrey a la que pertenece. Aunque sus precios no son desorbitados, superan la media de los vinos del valle de Monterrey.
Utilizando castas en peligro de extinción, tales como Merenzao, Caiño Longo, Caiño Redondo, Zamarrica, Brancellao, Sousón o Arauxa, ha elevado sus vinos hasta el altar de los 94 puntos Parker, lo que sitúa su “Bastardo”, entre los mejores tintos de España. Le visité recientemente y me mostró, orgulloso, la nueva bobega que está construyendo paralela a la anterior, que según me recuerda su padre, comenzó siendo un gallinero en donde nunca hubo gallinas.
Hace veinte años, José Luis le propuso a su padre construir una bodega. Su padre, sonriendo con orgullo, me confesó que no se lo pensó dos veces. Alquilaron algunas viñas, plantaron otras y el resultado es el más seductor de los vinos que podáis imaginar elaborado respetando las máximas de la agricultura ecológica y biodinámica. De sus 14 ha. y de cada finca, extrae José Luis un vino diferente: Alanda, Gorvia, Bastardo, todos ellos agotados en el mercado.
Es José Luis, joven, serio, tímido y amante de su trabajo, lo más parecido a uno de aquellos Vignerons franceses. Viticultores que aman y miman sus cepas para obtener con el máximo cuidado el mejor de los resultados. Con Raúl Pérez, afamado enólogo, unieron entusiasmo y saber hacer. En Verín, vino y agua conviven, sin mezclarse, enriqueciendo la comarca.
24 comentarios:
Su pasión por el vino y su amena conversación, don Cesar, le contagian a uno la afición por este fascinante mundo del placer. Gracias por compartir su talento.
Me ha encantado la entrada. Me gusta el vino; pero me fascina el mundo en torno a él: el cultivo de la viña, las variedades de uva, el proceso de poda, los pasos de la elaboración... Tomo nota.
Ya lo dijo Plinio el Viejo:
Volgoque ueritas iam attributa uino est.
Y ya a fue atribuida la verdad al vino por parte del vulgo.
Plinius Senior, Naturalis Historia, XIV, 28, 141
Es la frase auténtica, porque la que se suele citar, In uino ueritas, no está documentada en ningún sitio, que yo sepa.
Un abrazo vinero, Don Alfredo.
Antonio
Y además, del bagazo seguro que se destila un aguardiente delicioso, ¿no, D. César?
Un abrazo.
¡¡Me confieso ignorante!!, desconocía la existencia de esta bodega y a esta denominación. Seguro que es debido a su precio, mi economía no da para tales menesteres.
Un saludo a ambos caballeros.
Si las mejores fragancias se encuentran en los frascos pequeños,los mejores vinos se encontrarán en las bodegas de los pueblos.
Me gustaría mucho visitar el castillo de Verín,tiene que ser precioso.
Saluditos D.Cesar.
D. Fjavier, gracias a usted por acudir puntual a la cita enológica a pesar de lo ocupado que lo imagino atendiendo a las fans de su erótico cuerpo!
Dña Carmen, bienvenida. El Sr. Francés tiene a bien invitarnos de cuando en cuando a explayarnos en nuestras aficiones. Es un mecenas y procuramos no abusar de su espacio.
En los tiempos actuales las mujeres también participan, superándonos, de los conocimientos que antaño se le suponían sólo al varón en cuestiones enológicas. Me alegra saber que le ha gustado la entrada. Le quedo agradecido por manifestarlo.
Don Antonio, sus comentarios añaden siempre un punto de erudicción que elevan el nivel de la entrada y que yo le agradezco ad infinitum.
Cualquier día brindaremos.
Delicioso, D. Javier, delicioso. Algo alcohólico, pero debidamente amansado se consiguen unos licores, de café, de moras, de hierbas, que estoy seguro que usted conoce de sobra. No en vano es gallego y de tierras de vino, según creo.
De todos modos circula un rumor, antesala de la verdad, que dice que de vinos buenos, mal orujo. De vinos malos, buen orujo.
Decirle que no lo creo a pies juntillas.
40añera, es imposible conocer todas las bodegas. Existen miles de marcas distintas de vinos.
La Denominación de Origen Monterrey se encuentra en el Sur de Galicia, en Verín, y asentada en las laderas del Río Támega, afluente del Duero. Está compuesta por 25 bodegas, todas familiares y todas con tradición vitivinícola de muchos años. Le aseguro que se elaboran auténticas maravillas.
Ah, el Alanda, no es caro. Unos 12 euros en bodega. Aunque es imposible conseguirlo, ya que se agota con facilidad. La cosecha está vendida de antemano.
El Gorvia es algo más caro, unos 25 euros. Y el Bastardo, que se elabora sólo en las cosechas de más calidad puede oscilar entre los 35 y los 45euros. Anímese, es una experiencia religiosa!
¡Ay, don Cesar! Si supiera usted…
Esto que aparenta un cuerpo frívolo se ajusta más a la denominación de “enólico” que de “erótico”. Y eso de “fans” me toca tan de lejos que ni me toca. ¡Si lo sabré yo!
Ocupado, sí. Pero nunca como para prescindir de su cordial compañía, a la que valoro y de la que disfruto tanto como con esos exclusivos y excelentes vinos de los que nos documenta.
(PD.: Por cierto, eché de menos en la exposición de doña Nazaríes sus proverbiales piernas)
Un abrazo cordial.
Bonita entrada, D. Alfredo. Casi paladeaba el vino.
Con los años, algo bueno tienen, he aprendido a saborear el vino, a apreciarlo y a callar y escuchar cuando me hablan de vinos.
Un abrazo
D. César, usted disculpe que no le haya hecho los honores. Enhorabuena por su entrada y gracias por decubrirnos ese tinto BASTARDO que desde ahora hermano con mi novela "Bastardo Real". Eso sin desdeñar el blanco que me muero por probar.
Mañana y pasado no podré acercarme mucho por aquí, así que le deseo el éxito de siempre para esta entrada. Un abrazo muy grande, amigo mío.
D.FJavier su fans número uno soy YO!!!
Y no hace falta nadie más..como decía mi abuelita..Tó pa mí,tó pa mí!!!!
Además..¿cómo que no tiene fans???Si tiene usted a todas mis amigas revolucionássss!!!
Usted es el que mas enseña,no como otros que son unos rajaos!!!!
Dª. Nazaries:
Con perfume o sin perfume
lo mejor de una mujer
es que se deje querer
y lo mejor de un buen vino
es que se deje beber.
Una gota de perfume
es material suficiente
para amansar al varón,
pero el vino es otra cosa,
de no salir cabezón
hacen falta muchas copas
para sentar opinión.
Por eso mientras la esencia
se sirve en frascos pequeños,
el vino más que en botella
hay que servirlo en barreños,
así que… señor don César,
siga dándole al porrón
que lo mejor de la fiesta
se encuentra en el botellón.
Un abrazo y… vamos a seguir embotellando el vino en las botellas clásicas de siempre aunque su calidad sea insuperable, dejemos los frasquitos para las fragancias de Dª. Nazaries que, a la vista de lo que dice en su comentario, me parece a mí, salvo que la haya malinterpretado, que pretende cambiar las barricas de las bodegas de los pueblos por frascos.
D.Fjavier, calle, calle, no me ha dado tiempo a quitarme la roña de las piernas. Digamos que ha estado toda mi pechonalidad.
D. Javir, razón no le falta cuando dice que es mejor saborearlo que hablar de él.
No deja de existir cierta presunción en la parafernalia del vino, pero como decía aquel cardenal cuando le preguntaron si Santiago había llegado a la catedral y contestó: interesa que haya llegado y a nadie molesta.
En efecto con la edad saboreamos mejor el vino. Tenemos que retirar al anfitrión de la cola y traerlo al vino.
Dña Nazaríes, hágame usted el favor de hablar de vinos, no nos ligue con D. Fjavier, o me chivo a sus amigas!
No ha de dejarse beber
simplemente un buen vino,
sino que ha de tener
asentados los taninos
trasparencia a la luz
un lagrimeo continuo
ser sedoso al paladar
tener un paso muy fino
carecer de mal olor
y en acidez más de cinco!
Seguro que usted lo sabe
D.Javier, mi buen vecino!
No quisiera, doña Nazaríes, restarle protagonismo al anfitrión que tan contentos nos tiene con su sutil pechonalidad vitivinícola, pero tampoco puedo dejar pasar por alto sus gentiles palabras sin darle una pequeña contestación:
“Está usted guapísima hoy”
Besos reserva.
Sr. Francés, ¿Ve usted como el vino une a las personas?
Me alegra saber que en nuestro espacio haya nacido un idilio!!
Prevengo a mi amigo D. FJavier de los peligros de Carachirlo.
Había oído despotricar del vino de teléfono, ese vino sin noción de origen, formulado y adecentado para la ocasión por el químico bodeguero de turno. Un vino que bien pudiera ser carburante o desinfectante y que es sólo el infecto poso de una formulación imposible.
He saboreado el dulce desconsuelo de aquellos vinos oligofrénicos que le nacían a mi abuelo en aquella humilde carpintería que oficiaba también de bodega, de almacén de patatas, de depósito de pan y guarda de fresqueras….
Vinos, de vino, esto eso sí, sin otro artificio que la uva y el mal hacer.
Pero nada sabía de los vinos de garaje, he de decirle que me gusta más la explicación, “vinos que se hacen en habitaciones”, vinos, por tanto, de pasión, íntimos y cabales como lo es el sueño y el soñar.
En fin, que es una delicia oírle hablar con ese cariño de esas variedades de nombres tan poéticos como épicos. Y más cuando glosa las bondades de dos voluntades de vid tan próxima que podían ser de la familia.
Recibe amigo y reciban ellos mis mejores deseos y un fraternal abrazo.
Hacían, José Alfonso, los abuelos lo que habían recibido de tradición y con el material que tenían, lo hacían bastante bien. No existían las condiciones de ahora. (Aquellas "pipas" había que limpiarlas con piedra de granito, ensebarlas, taparles las grietas, pero no conseguías nunca alejarles el olor a vino viejo que se sumaba al olor del vino nuevo en un carrusel infinito de olores y sabores). La materia prima era la que era y ellos se apañaban para sacarles el mayor provecho. En mi casa perder una cosecha era perder la mayor parte de los ingresos del año. Que no eran muchos.
No hemos sabido conservar las viñas, apenas un centenar de cepas (Dona Blanca, Arauxa, Palomino, Alicante..) al lado de aquel monumento expeledor de humos que señala la salida hacia Portugal.
En el tinto de Rubiós he sentido lo más parecido a quel vino que elaboraban nuestros abuelos. Vino de tres. Dos a sujetar y uno a beber.
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