...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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martes, 10 de mayo de 2011

¿Deben cambiar las asociaciones de víctimas del terrorismo?

La melancolía nos enmudece cuando falta el Otro. Citamos sus palabras huyendo de “la retórica suicida del silencio”, pero, sin Ellos, faltan mensajes nuevos. Por eso, cuando repetimos sus nombres, y lo dicho y oído, aumenta la lejanía de los muertos.

“La melancolía por El Ausente” fue una característica paralizadora en la historia de la Falange que, en mi opinión y sin señalar ningún paralelismo, podría repetirse en asociaciones de víctimas del Terrorismo. Diría que la militancia por los asesinados necesita ampliar cauces que, sin acallar sus voces, les permita adelantarse a las tácticas partidistas. Además de UNIDAD.

Los partidos lo saben, y en su alianza contranatura con los etarras, desarrollan estrategias a largo para silenciar la voz de la Rebelión Cívica. Desde el respeto, el apoyo y la gratitud a las Víctimas del Terrorismo, adelante.

Con VCT, el Sábado 14de Mayo, a las 17:00 en la Plaza de la República Dominicana de Madrid.

9 comentarios:

Guillermo dijo...

De cambiar, nada, hay que seguir luchando contra esto asquerosos ladrones y toda su morralla.

Fernando Arias dijo...

Estramos en temas puntiagudos, D. Alfredo.
El corazon le tengo con ud. pero la cabeza me dice otra cosa. Si se diera el paso de Asociacion a Partido tendria su ventajas e incovenientes. Miedo me da analizar, pero lo intentare.
Ventajas: Se tendria una representacion a la altura de los demas "contrincantes", ya que los patidos que hay ahora mismo en el arco politico no representan a las victimas, solo las utilizan. La voz de las victimas se escucharia donde hoy no se puede escuchar.
Desventajas: El miedo que se pierda la seña de identidad y se entre en el mismo juego.

García Francés dijo...

D. Guillermo, lea con atención.

Yo no digo que deban cambiar, aunque algunas asociaciones cambian constantemente su cercanía o alejamiento del Ministerio subvencionador, lo que digo es que las asociaciones serías, debieran: 1º unirse y 2º hacer alguna clase de política de signo positivo, que no signifique únicamente vivir en contra.

Ejemplo, Batasuna, nada más recibir licencia para volver a las elecciones, sin haberse celebrado, ya PLANTEÓ LA UNIÓN ESTATUTARIA DE VASCONGADAS Y NAVARRA. Es su estrategia, adelantarse, ir varios pasos por delante.

A eso me refiero, amigo mío.

García Francés dijo...

Efectivamente, es un tema delicado y, al sacarlo a colación, pueden llover obispos con la mitra p'abajo, como decía mi padre.

No sé si la solución es crear un partido en un momento en que comenzamos a abominar de los partidos. Creo que no, D. Fernando.

Pero sí una organización con un deseo de unidad con las demás víctimas y, por otra parte, como digo arriba, con una estrategia a largo plazo. Para ir por delante hacia los propios fines, sin vivir condicionados por las tácticas a corto partidistas. Es decir, por la acción como respuesta a la iniciativa de los demás.

Dije en una entrada que, tras el visto bueno del Constitucional a Batasuna, la política girará en torno al ombligo nacionalista. Y Batasuna ya ha mostrado su primera carta. Navarra.

Es poco práctico, desde el punto de vista político pronto resultará frustrante aunque sea éticamente elogiable, salir a protestar contra el Constitucional cuando los enemigos ya están atacando posiciones más avanzadas.

Ese es el problema, definir los objetivos. Un abrazo, amigo mío.

José Alfonso Romero P.Seguín dijo...

El civismo de los muertos frente al cinismo de los vivos, en ese clave se escribe la historia. Está también, pero no por casualidad sino por la maldita e indolente comodidad de este pueblo, podía decir cobardía, en este caso ambas son hijas de la misma ignominia.
Los partidos políticos han visto en el final de ETA una oportunidad electoral y como el tiburón a la carnada han acudido voraces y atolondrados como lo son siempre. Ni para morder valen.
Si desde el principio hubiésemos sido capaces de entender que todos somos víctimas, que todos morimos en cada muerto, que todo perdemos libertad cuando alguien la pierde. Si hubiésemos entendido a tiempo que las asociaciones no son un gueto de desesperación sino el foro común de una sociedad digna y justa, pocos serían los que se atrevieran a burlarse de esa tragedia por la sencilla razón que había sido la también la suya.
Magnífica por sincera y cabal reflexión la suya amigo.
Reciba un fraternal abrazo.

aspirante dijo...

Más que muy interesante reflexión.
Por mucho que me duela decirlo, cuando se plantea una nueva manifestación y lo comento con alguien me dicen:
-Y qué coños quieren éstos ahora?

Horroriza comprobar la insensibilidad del gentío ante la grave crisis política, social e institucional que padecemos.
A causa de esta inconsciencia vamos derechos al precipicio.

Víctimas de ETA hemos sido todos, absolutamente todos, los españoles, aunque no hayamos sufrido daños físicos.

FJavier dijo...

Cuando todos somos culpables, nadie es culpable. El infravalorado poder de “lo social” está, sin embargo, en manos invisibles. Sólo hay que tocar algunas teclas, la naturaleza humana hace el resto.

Nadie quiere que se le recuerde la muerte, aunque sea tan propia y cercana como podamos imaginar. A lo sumo vale dedicarle una fecha, un recuerdo periódico que nos enjuague el dolor. Esa es la inercia natural.

Comparto pues la evidencia de don José Alfonso, es la prevención lo que puede impedir que yo me contagie de esa muerte y son los ya muertos quienes me advierten de tal convicción. Entonces se revela como necesaria la vacuna tanto como cualquier otra iniciativa social que nos proteja.

No queremos más guardaespaldas que solo guarden las de los que deberían de hacerlos innecesarios. Vacunas para todos o guardaespaldas para todos. O que se tomen medidas para acabar con la amenaza de los asesinos.

Unir en el discurso política y crimen es una perversión que legitima el terror en ese espacio invisible de lo social.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Don Alfredo,

Veo que ha desaparecido la entrada en la que yo le hice un comentario jocoso y Vd. me contestó de forma elegante y contundente. Le contesto aquí. Tengo que decirle que a mí no me ha sorprendido que Vd. lea a Lenin, ni siquiera a Trotsky, porque ya hace tiempo que yo sé que Vd. es un hombre muy culto y bien documentado, y el hecho de que uno discrepe de alguien no significa que no pueda leer sus escritos. Fíjese Vd. que yo he leído incluso algunos estudios de Don César Vidal sobre la Revolución Bolchevique y la Guerra Civil Española, y lo escuchaba, cuando daba, por las noches, información política en la COPE, y hablaba del Nacional-Socialismo del Gobiernos Tripartito Catalán.

Yo también leo la Biblia, por muy ateo que me considere. Sólo se pueden criticar los escritos o formas de pensar de otros si uno los conoce. Quiero con ello decir que no me he caído de culo al comprobar que Vd. lee a Lenin y Trotsky. Eso le dignifica a Vd. y lo convierte en un hombre bien documentado y muy honesto.

Tampoco pretendo yo que Vd. comulgue con mis ideas, que conoce perfectamente.

Yo, por esas lecturas suyas, no le doy un Notable, le doy un Sobresaliente cum laude (Matrícula de Honor).

Le reitero toda mi admiración, mis respetos, y mi afecto. Le envío un abrazo solidario.

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Doy mi apoyo más que solidario a esa manifestación a favor de las víctimas del Terror. Todos estamos ya un poco hartitos de que los Representantes del Terror, del tiro en la nuca, de la extorsión y del asesinato frío y premeditado, se nutran de nuestros impuestos.

Desde mis conocimientos en la Historia de Roma, puedo asegurarles que la Res Publica Romana era mucho menos tolerante con los que amenazaban la seguridad del Estado y consecuentemente de sus miembros, que somos todos los que no somos ellos.

Pero lo peor de todo lo veremos el próximo día 22: Podremos constatar con asco y repugnancia que son demasiados y demasiadas quienes aplauden los comportamientos de los asesinos. Y luego los y las veremos sentados en los escaños, o lo que sea, de los Ayuntamientos.

Le envío un abrazo, Don Alfredo.

Antonio

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