sábado, 7 de mayo de 2011
Severiano Ballesteros perdió el último hoyo del recorrido
El último put. El hoyo que perderemos todos en el partido más difícil. Era un luchador, gloria de nuestro deporte y un hombre cabal que peleó todos los puntos de su tarjeta. El mejor para los golpes imposibles que siempre jugaba para ganar. Se ha ido sonriendo. Por favor, recen una oración por él y, los que no tengan fe, recuérdenlo unos instantes.
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7 comentarios:
Aunque sea un tópico en este caso no puede ser más real: se marchan los mejores
Un beso hoy muy triste
Se pierde un gran hombre y un gran deportista,y siempre ha sido más reconocido en su deporte en el extranjero que en nuestro pais...
Que su familia encuentre consuelo, y que Seve desde el cielo nos enseñe a jugar al gol aunque siempre como usted dice el último hoyo lo vamos a perder en nuestro último partido.
D.E.P
Una mala noticia, pero una buena sugerencia.
Cuando operaron a Ballesteros, nosotros estabamos en el mismo hospital y por la misma razòn. El saliò antes y nosotros en aquel momento, solo pensabamos, venga que si èl ha salido bien, veràs que tambièn sale bien nuestro enano.
El hoyo del cielo es estrecho pero él con su rectitud y buen hacer seguro que lo acertó a la primera. Descanse en paz.
Un abrazo.
Deescanse en paz Severiano Ballesteros.
Requiem aeternam dona ei, Domine.
Le dedico el inicio del Requiem de Von Suppé, una obra poco conocida, pero impresionante.
Buenas noches, Don Alfredo.
Antonio
Genio de ese indescifrable juego de esferas y tumbas, nos dejo, en lo que a mí concierne, admirándolo más por aquello que no sé que hizo que por aquello que hizo.
Sé, de eso si,, de su inquebrantable voluntad frente a la adversidad, y su recia humildad. Descanse en paz sobre el verde fulgor de su gloría.
Un fraternal abrazo.
No os paréis ante mi tumba para llorar,
porque ahí no me vais a encontrar.
Soy la fuerza ante el viento al soplar y la luz blanca al nevar...
soy el sol sobre el maduro trigal, soy la lluvia suave y otoñal.
No os paréis ante mi tumba para llorar,
porque ahí nunca pararé a descansar.
Adios a uno de los grandes
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