martes, 2 de agosto de 2011
La PRIMA de RIESGO supera los 400 puntos
España requerirá intervención. La culpa es de la PRIMA. Las PRIMAS siempre son peligrosas. Especialmente las mayores. Yo tenía 10, ella 13 años y unos pezones tan agudos como picos del IBEX 35. Jugó con mis cositas y me enseñó TODAS las suyas sin dejarme toquetearla de cintura para abajo. Recordar aquella desazón me sacude como un puñetazo en el estómago.
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8 comentarios:
A la prima se le arrima, se decía antes. Mas en su caso fue la prima suya quien se le arrimó. Sin tocar, joer.
Saludos blogueros
Creo que para aquellos tiempos tan severos fué ud. un poco precoz, yo con 10 años estaba casi en pañales, todavía pensaba aquello de Solo Sirve Para Mear.
Saludos
Las primas acarrean, a veces, mucho riesgo. Conozco a uno al que hoy han tenido que darle más de 400 puntos.
Haces bien, José Antonio, en recordar lo que en otro tiempo se decía de la prima; pero no olvides que se completaba con este añadido: y, a la hermana, con más gana.
Saludos blogueros a todos.
La vida es dura D. Alfredo, tan dura como me imagino que se le puso a Vd. con su juguetona primita. Yo a la mía le bajaba las braguitas y le tocaba el culete, me refiero a los glúteos y me quedaba tan contento, como era pequeño e inocente no sabía más.
PRIMO se casa con PRIMA= niños tontos
¡Coño con la prima! Pues yo tengo una prima que todavía está buena, aunque es y sea un poco alocada, pero, cuando esa prima tenía 25 años, vaya Vd. a pensar lo que yo pretendía de ella. !Coño!, pero la tía era esquiva conmigo, y la verdad es que no me comí ni medio rosco con ella, aunque, evidentemente, bien que lo intenté.
Me reconcilio conmigo mismo pensando que ella se lo perdió.
Le envío un abrazo,
Antonio
Aahh las primas, esas primas de riesgo que te ponen al borde del abismo, esas primas, muy primas, sensuales y con "senos de duro estaño" que decía Lorca de la luna. Lolitas exuberantes en curvas y en miradas que se cruzan con la tuya mientras recorren de norte a sur tu anatomía, que palpita fibrilante bajo la revolución de las incipientes hormonas; primas de riesgo, de 400 puntos, capaces de izar tu bandera aunque esté bañado tu cuerpo por las frías aguas del Cantábrico.
Lo peor es que, después del subidón, nos viene la prima Ángela y nos jode, en el más desagradable sentido de la palabra, y nuestro sueño de una noche de verano se convierte en pesadilla.
No me gusta la PRIMA con su sabor dulzón; para mis platos afrodisiacos prefiero el toque picante de la mostaza de Dijón, estupendo aditivo para sazonar tu buena salchicha tipo Bratwurst, que habrás de compartir con una prima que no se llame Ángela, fondona y desangelada.
Un saludo a todas/os.
Uhmmm... una entrada muy interesante... jajajaja... esas primas son terribles y mas en estos tiempos...
Besos
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