miércoles, 28 de septiembre de 2011
Ministros y Jueces, Jueces y Ministros
En apenas horas veinticuatro Pumpido pasa de las musas al teatro. El siervo togado se recupera de la bipolaridad para correr en apoyo de la voz de su amo. Y apenas rehechos todos del asombro, PP Y PSOE, se descuelgan con una ley para que los políticos, tras dejar su cargo, vuelvan a la magistratura a seguir prevaricando. Que os vote vuestra madre.
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5 comentarios:
¡AAMÉN! Querido D.Alfredo. ¡Que Drogados y distraidos Están Nuestros Paisanos, QUE NO VEN LA "LÓGICA HERMANDAD" INTER PARES...
Me Alegra que No Solo Este Humilde Servidor de las Musas, Toque Tan asqueroso Tema.
Un Cordial Saludo
y
¡¡RIAU RIAU!!
Pumpido fue aquel tipo que nos obsequió con una perla-las togas se mancharán con el polvo del camino-que no dejaba de ser un patético y acomplejado eufemismo: se mancharán de sangre y de mierda, de chivatazos y ecnubrimientos.
Don Alfredo,
Si Vd. se siente engañado por los políticos, la culpa es suya, por votarlos. A mí hace ya bastantes años que no me engaña ningún Político, porque no voto a nadie, y no es que vote en blanco, es que la Política me tiene desencantado, y ya no me molesto ni siquiera en votar.
Yo sólo votaría si Vd. se presentara como candidato a Presidente del Gobierno.
Le envío un abrazo,
Antonio
En este tiempo que vivimos el malestar está tan justificado que dudo mucho que escape de él cualquier persona honesta que sienta respeto hacia sí misma. Pero no puedo aceptar que el efecto de ese malestar deba de ser desentenderse confiando la posible regeneración del sistema a su propia capacidad de cambio, por mucho que el voto se muestre ineficaz para ello. Porque para los que quedan excluidos del mercado de trabajo –por ejemplo- y deben de seguir dando de comer a una familia es manifiestamente imposible mirar para otro lado. Y para aquellos afortunados que disfrutan de una situación personal que les permite hacerlo un principio de básica solidaridad debería de moverlos a la acción. La cuestión que se plantea pues es ¿qué recurso le queda al ciudadano de a pié para propiciar la necesaria regeneración del sistema? Ni siquiera el lenguaje relativo al cambio habilita un espacio donde este sea posible. La mediocre lógica de esta clase política ha triunfado si decidimos no manifestar al menos nuestro malestar, como signo o síntoma, en este escenario junto a los que sufren las peores consecuencias.
Marianico el Corto y su fiel escudero Trillo han vuelto a cubrirse de gloria.
Un fuerte abrazo.
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