Flagrante es un delito al cometerse. También, lo que
ARDE. Ayer escribí del flagrante delito de
DESEO hacia los desconocidos. De la peligrosa
pasión que muere en la mirada. Cuando esa
pulsión se libera de los ojos, y salta a la voz, nace el
piropo. Emoción menos intensa pero que, por evidente, nos libera de la
desazón muda. ¿Les gusta ser
deseadas o piropeadas?
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