En Occidente nos gustaba Asma Al Assad porque no usa velo y viste como Carla Bruni. Vogue la llamó la “Rosa del desierto”, antes de proclamarla defensora de los Derechos Humanos. Hoy para nuestra vergüenza, Dª Asma pisa con sus Louboutin la sangre vertida por el tirano sirio. Ni a China ni a Rusia les asquea Homs. Los árabes callan. Y, ¿nosotros?
miércoles, 8 de febrero de 2012
SIRIA, las embajadas abandonan Damasco
En Occidente nos gustaba Asma Al Assad porque no usa velo y viste como Carla Bruni. Vogue la llamó la “Rosa del desierto”, antes de proclamarla defensora de los Derechos Humanos. Hoy para nuestra vergüenza, Dª Asma pisa con sus Louboutin la sangre vertida por el tirano sirio. Ni a China ni a Rusia les asquea Homs. Los árabes callan. Y, ¿nosotros?
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