
Me voy a
Francia. Cerquita. A un sitio
estupendo. Un
empresario mexicano me ha pedido que le lleve esta
maletita para entregársela allí a un conocido suyo. Paga todos los
gastos del viaje y me ha dicho que si necesito
pasta para jugar en el Casino que la coja. Eso sí, ha sugerido educadamente que
sin pasarme. Da gusto tener amigos tan
generosos, ¿verdad?
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