
La peña mundial se
enchufa a la TV y no
gasta un euro. Detrás del prestigio para el país organizador suele ocultarse un
fiasco económico. Véase Londres 2012 en
época de incertidumbre. España, no contenta con cagarla en 2016, quiere volver a
intentarlo en 2020. Cuando aún estemos en plena
crisis. Demasiada osadía para un país en
bancarrota total.
Dan pánico.
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