lunes, 17 de diciembre de 2012
Sexo, la Banda Sonora
El coito exige gemidos y gritos. Salvo los eyaculadores precoces el hombre precisa de “música sexual” durante el clímax. De joven mi sexualidad iba a rebufo de una vecina rusa que “recibía” sin parar. Sus ayes vendidos me enardecían hasta la exasperación. Agotador buscar pareja cada noche. Contraté a la rusa. Pasaba a gemirme y luego me daba un Orfidal.
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1 comentario:
Miss Munchen tiene un problema, es rehén de los polvos de sus vecinos. No me aclara si eso aumenta o disminuye su fogosidad pero me pide que hable de los gritos del amor. Así arruiné mi fama en el Barrio de salamanca. Gritando.
Pero lo más importante es no sobreactuar. No todos los días hay que clavar los tacones en el techo.
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