El
torpedo Urdangarín, los
tiros a los elefantes, la
Caribomba y ahora, una nueva operación y una convalecencia
explosiva. No creo en las
casualidades. Nunca
suelo hacerlo. ¿Habrá sido un nuevo
“incendio” como el del Corona de Aragón? ¿Resistiría la
seguridad en la clínica a un suicida cargado de
explosivos? La
realidad cada día se
parece más a
La Noche de los Gitanos.
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La Noche de los Gitanos
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