Dijo Séneca, “no te espante el dolor, o tendrá fin o acabará contigo”. Así que, siendo estoico, se trataría de resistir impávido. El recuerdo de mi hermano agónico está demasiado próximo. Me espeluzna sufrir y procuro sortearlo. Un cambio de medicación abre de golpe las tranqueras que mantenían alejado el dolor y aparecen sus negras fauces royéndome en la noche. Una píldora. Un buchito.
Muro de García Francés en Facebook
1 comentario:
No amigo, nadie se olvida de ETA.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Publicar un comentario