Ha costado sangre, sudor y lágrimas persuadir de que la corrupción de partidos y sindicatos era la gran lacra de España. Los hoy silentes me acusaron de fascista, agorero y catastrofista. Creo en las denuncias de los francotiradores de la Red y sigo manteniendo que España, como nación, está destrozada. Los tres poderes democráticos la han roto y desvalijado. Ya no hay optimistas. Estamos como en 1975.
domingo, 28 de julio de 2013
España sin Democracia
Ha costado sangre, sudor y lágrimas persuadir de que la corrupción de partidos y sindicatos era la gran lacra de España. Los hoy silentes me acusaron de fascista, agorero y catastrofista. Creo en las denuncias de los francotiradores de la Red y sigo manteniendo que España, como nación, está destrozada. Los tres poderes democráticos la han roto y desvalijado. Ya no hay optimistas. Estamos como en 1975.
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