En mi campo los colombianos embarcan dos corridas de toros para unas fiestas patronales. Hace un mes me bañaba en Playa Serena del Cocotal, volví para pillar alergia y ahora hace un frío pelón y hay tormentas en la sierra. Aguarden, no se quiten el sayo. Salvo que tengan cerca una manita como la que aferra enérgicamente Elena Valenciano para arrastrar a su marido. Un máquina del sexo manual.
Elena Valenciano, hija mía, que Santa Teresa de Ávila le conserve siempre incorrupta la mencionada extremidad.
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