Mi afición a las agujas comenzó durante el servicio militar obligatorio. Formábamos una larga cola desnudos hasta la cintura, pasábamos entre dos enfermeros, brochazo yodo y una aguja clavada en cada brazo. Con ellas colgando avanzábamos unos metros hasta otros dos sanitarios que inyectaban la vacuna. Pero la fiel infantería comenzó a desmayarse. Yo comprendí que era un machote. Y me hice donante de sangre.Todo esto es para decirles que me estoy limpiando y que, si estos análisis de hoy salen limpios, pronto haré mi última donación. Al Ejército le agradezco que me enseñara a no ser avaro con mi sangre. La he repartido durante casi cuarenta y cinco años.
jueves, 17 de julio de 2014
Análisis de Sangre
Mi afición a las agujas comenzó durante el servicio militar obligatorio. Formábamos una larga cola desnudos hasta la cintura, pasábamos entre dos enfermeros, brochazo yodo y una aguja clavada en cada brazo. Con ellas colgando avanzábamos unos metros hasta otros dos sanitarios que inyectaban la vacuna. Pero la fiel infantería comenzó a desmayarse. Yo comprendí que era un machote. Y me hice donante de sangre.Todo esto es para decirles que me estoy limpiando y que, si estos análisis de hoy salen limpios, pronto haré mi última donación. Al Ejército le agradezco que me enseñara a no ser avaro con mi sangre. La he repartido durante casi cuarenta y cinco años.
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