Y Santander seduce. Dicen que hay demasiados viejos. Un rato en el Paseo Pereda, la librería Gil y el Café Pombo lo confirma. Pero no son los viejos que bailan los pajaritos o dan saltitos obligados por monitores sádicos. Aquí queman las calorías aperitiveras caminando por la playa y al atardecer se acicalan y asaltan los bares de pinchos y las terrazas de copazos. Santander y sus viejos, tienen estilazo.
domingo, 24 de agosto de 2014
Cantabria deslumbra
Y Santander seduce. Dicen que hay demasiados viejos. Un rato en el Paseo Pereda, la librería Gil y el Café Pombo lo confirma. Pero no son los viejos que bailan los pajaritos o dan saltitos obligados por monitores sádicos. Aquí queman las calorías aperitiveras caminando por la playa y al atardecer se acicalan y asaltan los bares de pinchos y las terrazas de copazos. Santander y sus viejos, tienen estilazo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario