Los mureros habituales saben que de niño viví en la Residencia Buenos Aires, el hotel con encanto de mi mamá. Antes tuve una nanny francesa, Danielle Lebrun, de origen judío, y después otra santanderina, de Solares, Isabel Aguilar a la que adoré. Ayer recordándola me fotografié ante la bola del mundo que ella me descubrió. Isabel también me enseñó la importancia de los aperitivos. Y de los viajes.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Los jardines de Piquío
Los mureros habituales saben que de niño viví en la Residencia Buenos Aires, el hotel con encanto de mi mamá. Antes tuve una nanny francesa, Danielle Lebrun, de origen judío, y después otra santanderina, de Solares, Isabel Aguilar a la que adoré. Ayer recordándola me fotografié ante la bola del mundo que ella me descubrió. Isabel también me enseñó la importancia de los aperitivos. Y de los viajes.
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