Aprendimos que empeñarse en eternizar una relación es dar cabezazos contra el ex Muro de Berlín. Darlo todo, entregarse al otro si hay química es una droga. PONE mucho aunque produce temibles efectos secundarios. Pero nos educaron en la fidelidad incluso hacia los maltratadores. Ya cambiará, decían. Elijan con cabeza. Los príncipes azules acaban destiñendo y te manchan la ropita. De sangre. Hablo de política.
jueves, 30 de octubre de 2014
EL CALENTÓN
Aprendimos que empeñarse en eternizar una relación es dar cabezazos contra el ex Muro de Berlín. Darlo todo, entregarse al otro si hay química es una droga. PONE mucho aunque produce temibles efectos secundarios. Pero nos educaron en la fidelidad incluso hacia los maltratadores. Ya cambiará, decían. Elijan con cabeza. Los príncipes azules acaban destiñendo y te manchan la ropita. De sangre. Hablo de política.
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