Estos días Valencia se abarrota de turistas y visitantes dispuestos a flipar oliendo a pólvora con el estruendo de una ciudad exquisita. No deseo molestar y me voy para dejar sitio. Amarramos el barco, un homenaje de despedida en Boix Quatre, mi restaurante preferido, el último trago en Coctelería Aquarium y vuelvo a casa. Quiero gestionar mi autodeterminación vital. Sin dar bola a los politiquillos.
lunes, 16 de marzo de 2015
Velero y Fallas
Estos días Valencia se abarrota de turistas y visitantes dispuestos a flipar oliendo a pólvora con el estruendo de una ciudad exquisita. No deseo molestar y me voy para dejar sitio. Amarramos el barco, un homenaje de despedida en Boix Quatre, mi restaurante preferido, el último trago en Coctelería Aquarium y vuelvo a casa. Quiero gestionar mi autodeterminación vital. Sin dar bola a los politiquillos.
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