lunes, 2 de noviembre de 2015
Llevo ropa de lluvia y de sol. Para frío y calor. Gadgets electrónicos, útiles de aseo, mis imprescindibles medicinas de vejestorio y todo en una bolsa que pese menos de 20 kilos. Tan difícil como encontrar un pibón que me corretee para seducirme en vez de robarme la cartera. O extirparme un riñón con la lima de uñas.
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