miércoles, 30 de septiembre de 2015
Atrás queda mi casa atestada en la que mi mamá reina sobre mis sobrinos y mi nieto postizo. A mí me espera el Océano y una casita sobre el acantilado. El bacalao de mil maneras, un millón de sonrisas portuguesas y, si hace mal tiempo, quizá hasta escribir algo. Vengan conmigo. Comienza un largo viaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario