En Portugal existen estos remansos callejeros. Nadie te agrede ni te amenaza con que "arderéis como en el 36". Puede uno parar y recogerse. Yo hablo con la Virgen como si fuera Doña Amalia. "Hola madre, guapa..!!! Cómo estás, mamá...???" Es mi Skype celestial. Para no creyentes.
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